CIPOLLETTI (AC).- Un matrimonio con sus dos pequeños hijos fueron ayer amenazados de muerte por una patota en el conflictivo barrio 1.224 Viviendas de Cipolletti.
La familia vive en Julio De Caro al 2.000 y uno de los patoteros, que se domiciliaría a pocos metros, llegó en moto, extrajo un arma y los amenazó en reiteradas ocasiones, secundado por sus compinches.
No los amedrentó ni el arribo de un patrullero del destacamento del barrio porque siguieron con su actitud y anoche la pareja y sus hijitos deambulaban sin destino fijo, librados a su suerte. Se iban a instalar en el edificio de la Fiscalía, en calle Urquiza, como protección y para que la justicia, donde ya hay denuncias, intervenga y le ponga fin a la angustiante situación.
La odisea la están soportando Romina Segali, su esposo Lorenzo Epul -oficial subinspector de la comisaría 24- y sus hijitos de cuatro años y de seis meses.
Hace un tiempo los patoteros -identificados por la señora en la denuncia- forzaron el domicilio y le dispararon en dos ocasiones al policía, que se arrojó al piso y zafó de la emboscada.
Ayer Romina su esposo y los niños salían de su casa cuando una vez más soportaron a los matones, mayores de edad, de entre 18 y 24 años. De nuevo uno de ellos les apuntó con un revólver, les gritó "los voy a matar" y ni siquiera la presencia de un patrullero logró frenarlo.
Romina comentó que el uniformado que iba en el auto -supuestamente desbordado por los patoteros- les dijo que "todos se vayan a sus casas" y "no hizo más nada".
La bronca de muchos vecinos y obviamente de la familia, mezclada con el miedo, era perceptible en las voces entrecortadas.
Los amenazados se iban a ubicar anoche en la Fiscalía reclamando justicia. "Que alguien haga algo. Nos van a matar", clamó Romina.
Anoche había despliegue de uniformados en el barrio pero no se sabía de ninguna detención.