DAMASCO (AFP).- Siria negó este sábado las acusaciones de injerencia en la crisis política de Líbano, durante la apertura en Damasco de una cumbre árabe boicoteada por los principales aliados de Estados Unidos. “Estamos apegados a la estabilidad, la soberanía y la independencia” de Líbano, aseguró el presidente sirio Bachar al Asad en la inauguración de la cumbre de dos días.
Descontentos con el papel desempeñado por Siria en Líbano, donde apoya a la oposición liderada por el movimiento chiíta Hizbollah, Egipto, Arabia Saudita y Jordania, principales aliados árabes de Washington, han desdeñado la cumbre enviando a Damasco delegaciones secundarias.
Arabia Saudita y varios Estados árabes respaldan a la mayoría parlamentaria antisiria en el poder, que también cuenta con el beneplácito de varios países occidentales. En Riad, el ministro de Relaciones Exteriores Saudita, príncipe Saud al Faisal, exhortó a Siria a hacer “un gesto positivo” para facilitar la aplicación del plan de la Liga Árabe encaminado a elegir un nuevo presidente en Líbano, que ya lleva cuatro meses sin jefe de Estado. “Esperamos que la cumbre (árabe) desemboque en una solución a la crisis libanesa”, dijo.
Otro de los ausentes que se echaban de menos era el presidente egipcio, Hosni Mubarak, quien, en un mensaje distribuido por la delegación egipcia en Damasco, llamó a aplicar la iniciativa árabe sobre el Líbano mediante la elección de un presidente. Y exhortó a Siria a “abrir una nueva página en las relaciones interárabes desterrando las desavenencias y los conflictos”.
Rusia, que mantiene relaciones privilegiadas con Damasco desde la época soviética, juzgó necesario “proteger” Líbano de “toda injerencia extranjera”.
La Liga Árabe está integrada por 22 miembros. Sólo asisten a la cumbre once jefes de Estado (Asad incluido). Siria acusa a Washington de haber intentado sabotear la cumbre incitando a los árabes a no asistir a ella. Aparte de Líbano, el encuentro aborda el conflicto israelo-palestino, entre otros asuntos.
Asad urgió en su discurso a los árabes a hacer todo lo posible “por romper el bloqueo” impuesto por los israelíes en la franja de Gaza.
El presidente palestino Mahmoud Abbas acusó por su parte a Israel de parcelar los territorios palestinos en “cantones aislados” para impedir la creación de un Estado.
El dirigente libio Muammar Gaddafi advirtió a sus homólogos que podrían correr la misma suerte que Saddam Hussein, ahorcado en 2006. “¿Cómo se puede ejecutar a un prisionero de guerra y al presidente de un país árabe miembro de la Liga Árabe?”, se interrogó. Agregó que Saddam Hussein era “el amigo” de Estados Unidos cuando Irak estaba en guerra contra el Irán del ayatollah Khomeini en la década de los ochenta, “antes de que se volviera contra él y lo ejecutara”. “Todos podríais correr la misma suerte”, espetó.