| ||
"Ponga huevos presidenta" | ||
Con un discurso de contenido histórico y peronista, por momentos conciliador y por otros con advertencias sobre sectores golpistas, como en los '70, la presidenta Cristina Fernández y su esposo, Néstor Kirchner de ladero, realizaron una demostración de la fuerza política y dirigencial que acompaña la postura del gobierno frente al conflicto con el campo. Con el fantasma de los golpes de Estado militares de fondo en su propio discurso, la Presidenta estuvo acompañada por Kirchner, el gabinete nacional en pleno, gobernadores del PJ y "radicales k" e intendentes del conurbano. Los cánticos de los militantes sociales y sindicales que colmaron el salón de Parque Norte con bombos, banderas, al grito de "Patria sí, colonia no" o "Cristina corazón, aquí están los jóvenes para la liberación", dieron el marco a una renovada mística peronista de los años '70 que la propia jefa de Estado pareció recordar en su discurso. Con frases como "los cacerolazos en Plaza de Mayo no fueron espontáneos" sino que responden a sectores que "defendieron los golpes de estado genocidas" y están "en contra de la política de derechos humanos" del gobierno, la Presidenta se mostró como la líder de lo que definió "un gobierno nacional y popular". Desde el comienzo, la mística estuvo presente cuando al llegar la jefa de Estado los manifestantes cantaron a capela la marcha peronista, comenzando por la frase que aludía Juan Perón: "combatiendo al capital". Cristina asentía con la cabeza, pero se cuidó todo el tiempo de mostrarse conciliadora, y retó como ya es costumbre -lo hizo en un acto de su campaña- cuando los jóvenes K silbaron a los sectores del campo, o de otros partidos opositores cada vez que ella los mencionaba en su discurso. "No hablo para que griten, no se deben tapar ideas con gritos", afirmó para luego pedirles que "cambien, en honor al género, esa canción", cuando le cantaron: "ponga huevos Presidenta". (DyN) | ||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||