Viernes 28 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 32 > Policiales y Judiciales
"Voy a esperar el ADN", dijo ayer el padre
Tiene la esperanza de que los restos no sean de su hijo. Cree que José Ignacio se perdió en la meseta.

CENTENARIO (ACE).- "Todavía hay una posibilidad de que no sean los restos (de mi hijo), voy a esperar a confirmar la identidad con un ADN", dijo ayer Robustiano Tissera, el padre del joven desaparecido.

Tissera accedió a hablar con "Río Negro" sobre la aparición de los restos óseos que podrían ser los del hijo que busca desde octubre de 2007. Mientras tanto se espera el resultado de la pericia odontológica que podría confirmar la identidad del cuerpo. Y la Policía, por su parte, rastrilló con detectores de metales la zona de la meseta donde se produjo el hallazgo buscando un posible proyectil que no apareció.

Robustiano se mostró dolido por el hallazgo de la ropa que llevaba su hijo cuando se fue de la casa; pero la angustia no tornó en desesperación ni reclamo, más bien parecía un hombre anestesiado dispuesto a esperar 20 días más para que un informe técnico le haga saber si los restos son o no los de su hijo.

Tissera dijo que la campera y el pantalón de buzo que la policía halló en la meseta "eran las prendas que faltaban" de su hijo, y resultó ser "otra pista más" de que José Ignacio Tissera (17) se perdió en la barda.

Aunque insistió en que hasta ese momento "yo pensaba que podría haber llegado a Vista Alegre", que está vivo y que por alguna razón que no esclareció no se presentaba en su casa.

Al preguntársele qué hipótesis tenía de lo que podría haber pasado con su hijo en caso de que fueran sus restos, Tissera dijo que el joven se perdió en la meseta y podría haber muerto de inanición (sin agua ni comida), pero en ningún caso víctima de violencia.

"Las ropas (de José Ignacio) se encontraron a unos 500 metros de donde estaban los restos, es una especie de confirmación; aunque todavía

no la tengo. Esto se conocerá por la parte técnica, un ADN dará con seguridad la identidad", dijo.

Tras el contacto que tuvo con los investigadores insistió en que "pienso que todavía hay una posibilidad de que no sean los restos, porque hay algunas dudas" de que el esqueleto se corresponda con alguien de la edad de su hijo.

"Pero la única certeza es un ADN y eso va a tardar unos 20 días más; voy a esperar, hasta no tener el ADN no voy a estar seguro".

El padre insistió en que "siempre hay una pequeña esperanza" y que antes de que surgieran los restos óseos en Loma de la Lata "andaba con la idea de que (su hijo) podría haber estado con gente amiga y que no quería presentarse todavía. Lo de la planicie casi lo había desechado por completo", dijo.

Consultado sobre la línea de investigación que lo tuvo como el principal sospechoso de la desaparición de su hijo, Tissera respondió calmo pero firme: "de hecho se equivocaron: lo buscaron en el pozo séptico y en mi casa. Por desviar la investigación hacia mí, perdieron de vista lo que se debía investigar realmente, perdieron un tiempo que para una búsqueda era valiosísimo".

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