Jueves 27 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 17 > Regionales
Polémica promoción del hijo de un juez
Había repetido cuarto año. Su padre presentó un amparo y logró que pasara a quinto

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Un estudiante del colegio Woodville de Bariloche fue desaprobado el mes pasado en un examen de Lengua y Literatura, con lo cual quedaba obligado a repetir cuarto año, pero consiguió pasar a quinto por decisión judicial.

Un recurso de amparo presentado por su padre, que es juez de cámara en lo criminal, fue resuelto en forma favorable por el juez civil Carlos Cuéllar, quien ordenó al colegio que incorpore al joven como "alumno regular condicional de 5º año".

En el mismo fallo urgió a la Fundación Educativa Woodville para que resuelva "con carácter definitivo" la nulidad del examen promovida hace ya un mes por el propio amparista, cuyo nombre este diario se abstiene de difundir para proteger la identidad del menor.

Las circunstancias del conflicto causaron una fuerte crisis en la escuela y desembocaron también en la renuncia de una profesora y de la rectora del secundario, Fernanda Gallego, quien trabajaba desde hace 19 años en la institución.

A pesar de los insistentes llamados, los directivos del Woodville no quisieron brindar hasta ayer su versión de los hechos.

El fallo de Cuéllar formula duros reproches sobre la actuación del colegio, relacionados especialmente con la indefinición sobre el pedido de nulidad del examen.

Los alcances de la polémica quedaron reflejadas en una nota anónima enviada por "padres del Woodville" que cuestionan la reincorporación del hijo del juez y aseguran que hoy los alumnos padecen "la contradicción de hablar de valores pero vivir la arbitrariedad y el atropello de la injusticia".

Relatan además que la mesa examinadora de Lengua y Literatura, en una primera instancia escrita, consideró que el alumno no podía ser aprobado. Y que al tratarse de una situación especial que lo llevaba a repetir el año, la rectora

Gallego "solicitó que se le diera una nueva oportunidad en forma oral".

En este segundo caso la propia rectora integró la mesa y el alumno "fue nuevamente reprobado porque no pudo demostrar tener los conocimientos mínimos necesarios para su acreditación", según el comunicado difundido por mail.

Los padres que no dan su nombre señalaron que "la situación real, justa y objetiva" es que el alumno ya había rendido mal otras dos materias "y repitió 4º año por no haber estudiado para evitar este desenlace".

Pero el padre del adolescente no lo entendió así y luego de pedir en la escuela las actas del examen consideró que contenía gruesas "irregularidades" y pidió la nulidad.

Como tardaron tres semanas en responderle (lapso en el cual la escuela derivó la responsabilidad en el Consejo de Educación, que tampoco resolvió en definitiva), el juez decidió presentar un amparo.

El magistrado le dijo ayer a "Río Negro" que eligió ese camino desde su rol de padre y negó haber amedrentado a la rectora, como lo acusaron en el anónimo. "El ejercicio regular del derecho no es una amenaza", afirmó.

También consideró que la nota sin firmas "es falsa" y sugirió que se trataba de una maniobra del colegio "para divulgar esto a través de la prensa". El camarista admitió que "es doloroso y triste lo que están viviendo" sus tres hijos que siguen cursando en el Woodville.

El juez Cuéllar hizo lugar al amparo por entender que era "la solución más justa y razonable" incorporar al muchacho a 5º año en forma condicional, hasta que la escuela resuelva el cuestionamiento que pesa sobre el examen.

Entendió que lo actuado por el Woodville "termina por redundar en una situación intrínsecamente disvaliosa", en razón de que "privilegia lo meramente formal por sobre lo sustancial y termina por contrariar los fines mismos de la normativa".

Según el juez, lo ocurrido "produce un indudable daño al alumno trasuntado, esencialmente, en el compromiso de su continuidad educativa".

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