Cristina de Kirchner y sus fuerzas de choque piqueteras parecen confundir deliberadamente cuando señalan que la protesta está animada por los terratenientes del campo.

La presidenta intenta limitar el reclamo de toda la producción al de un solo sector casi en extinción.

En el núcleo sojero del país -Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe- existen algo más de 49,1 millones de hectáreas en manos de 104.761 productores. Sólo el 0,8% de estos agricultores tienen más de 5.000 hectáreas, lo que representa el 15% del total de la superficie utilizable. El dato, difundido por el INDEC, brazo oficial de la estadística económicosocial, no hace más que refutar los dichos de Cristina.

Se contradice la presidenta al hablar de tolerancia, pero tolera que los piqueteros de D'Elía y Pérsico, amén de los camioneros de Moyano, avancen con prepotencia para disolver las expresiones populares de protesta.

Lo hace también cuando habla de un verdadero federalismo pero pisotea al Congreso estableciendo retenciones por decreto y los derechos de las provincias, que son las que generan las riquezas del país. Sobre ellas pesan ahora estas retenciones a las exportaciones, impuesto inconsulto con los gobernadores y de ningún modo coparticipable.

Si no se habla con la verdad y la congruencia, inevitablemente la sociedad reacciona y lo dice con cacerolas.