CIPOLLETTI (AC).- A pedido del fiscal Ricardo Maggi, los jueces de la Cámara Segunda del Crimen dispusieron ayer que las policías de Río Negro, La Pampa y Neuquén busquen a Rubén Montoya, uno de los testigos del caso Suriani que tratan de ubicar desde setiembre del año pasado. Fijaron como tope el 8 de abril. Si para esa fecha no lo encuentran, se realizarán los alegatos.

Ayer se concretó una nueva jornada del debate contra Facundo "Mascarita" Herrera, Luis Carilao y Pablo Torres, los tres procesados por el homicidio del comerciante Ricardo Suriani (66).

La audiencia estaba prevista para las 9.30 pero por una demora en el traslado de los detenidos desde la ex alcaidía de Roca, recién comenzó dos horas después.

Sólo declaró un testigo, que no había quedado previsto en la jornada anterior. Se trata de Raúl Loyola, uno de los tres policías que iba en el Peugeot 504 de la Brigada de Investigaciones cuando en la noche del crimen detuvieron a un motociclista que llevaba como acompañante a una persona apodada "Mascarita", que logró huir.

Loyola coincidió con los otros dos efectivos respecto de cómo se concretó la aprehensión de Hernán González, el conductor del rodado. Dijo que luego de enterarse del hecho fueron hasta el barrio Puente 83 porque por los dichos de la mujer de la víctima sabían que los autores habían

huido hacia el este. Al ingresar al barrio, vieron a una moto que salía a alta velocidad hacia la ruta 65, dirigiéndose hacia Cipolletti. Iban dos personas. Los siguieron y pese a que "habían colocado el chichón" (la baliza) y uno de los policías "mostraba su credencial" no se detenían. Cuando lo hicieron, el acompañante logró huir.

González les dijo que no conocía a la persona que llevaba, que sabía que le decían "Mascarita".

"Llevame a Cipolletti porque se pinchó todo", habría dicho "Mascarita" (Herrera) según le dijo González a la policía. El propio testigo lo ratificó en una audiencia anterior en el debate.

El policía que declaró ayer también participó de los allanamientos que se realizaron en la causa, entre ellos, los que se concretaron en una casa de Puente 83 donde encontraron enterradas una mochila, armas y chalecos antibalas.

Al finalizar la declaración de Loyola, se planteó la situación de un testigo pedido por el defensor de Torres, Alejandro Silva, que estaba con parte psiquiátrico. Como aún continúa con la misma situación, se desistió de su presencia. No ocurrió lo mismo con Montoya, el testigo que buscan desde hace meses.