Jueves 27 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 29 > Internacionales
Posición más dura

China reaccionó ayer a las presiones internacionales que llegaron a barajar un boicot de las ceremonias oficiales de los Juegos Olímpicos de Pekín a causa de la represión en Tíbet y acusó a Occidente de deformar la realidad de esa región.

"Tenemos que tener en cuenta el espíritu olímpico y no politizar" la competición deportiva, declaró el portavoz de la cancillería china, Qin Gang, interrogado sobre las declaraciones del presidente francés Nicolas Sarkozy.

Sarkozy, criticado inicialmente por las organizaciones de defensa de los derechos humanos a causa de su pasividad frente a la situación en Tíbet, tomó el martes la delantera y evocó abiertamente la posibilidad de boicotear la ceremonia de apertura de los Juegos, el 8 de agosto. Ayer, Sarkozy propugnó desde Londres "un diálogo entre el Dalai Lama y el gobierno de Pekín" como solución a la crisis, en un discurso pronunciado ante las dos cámaras del Parlamento británico. El propio presidente estadounidense George W. Bush se sumó a las presiones (ver nota central).

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