Jueves 27 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 27 > Internacionales
REPORTAJE: Cuentas pendientes

Muchos iraquíes tienen una cuenta pendiente con el ejército del Mahdi. Por eso, ahora que está en el punto de mira del gobierno de Nuri al Maliki, nadie lo apoya.

Aunque las tropas estadounidenses celebraron el anuncio de tregua realizado el año pasado por Al Sader, no han olvidado que, desde la caía de Saddam Hussein, los milicianos del ejército del Mahdi reclutados en los barrios chiítas más pobres han matado a cientos de soldados norteamericanos. El ejército del Mahdi tampoco puede esperar apoyos por parte de los sunnitas: su mala reputación en Irak se debe sobre todo a que algunas unidades de las milicias mataron indiscriminadamente a sunnitas entre 2006 y 2007 sólo porque sus creencias religiosas son distintas.

"Ahora, las unidades del ejército bombardean nuestras casas y barrios, hay muchos mártires en Basora", se indigna Asmaa al Musawi.

El parlamentario, uno de los miembros líderes del movimiento Al Sader, declaró que los recientes ataques de las tropas del gobierno son un intento del "debilitado Ejecutivo" de Al Maliki de eliminar a sus rivales políticos con métodos militares. Por eso, el movimiento Al Sader intentará derrocarlo con una moción de censura.

Entre tanto, el conflicto de Basora se extiende como un incendio. En varios barrios de Bagdad y en algunas ciudades del sur se produjeron ayer enfrentamientos aislados entre miembros del movimiento Al Sader y de las fuerzas de seguridad estatales, a las que en el sur pertenecen muchos antiguos combatientes de otras milicias chiítas. En el sur de Bagdad, miembros de Al Sader atacaron a las brigadas de Badr, la milicia del Consejo Islámico Supremo de Irak (SICI). Tanto el ejército del Mahdi como algunos observadores neutrales creen que la milicia del SICI y los miembros del partido Al Dawa de Al Maliki presentan a los miembros del movimiento Al Sader como "sin ley" para minar la influencia del grupo a través de la política. Sin embargo, aunque Al Sader cuenta con muchos críticos en Irak, el gobierno apenas ha recibido aplausos por su ofensiva. "¿Por qué el gobierno no dice abiertamente que quiere debilitar al movimiento Al Sader antes de las elecciones municipales?", se preguntó Adhil Abdul Hassan en Bagdad. (DPA)

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