Con la innegable jerarquía internacional de sus integrantes, que mostraron su fútbol en cuentagotas, la selección argentina venció a Egipto por 2 a 0, en el primer compromiso del año para el equipo de Alfio Basile.

Argentina tuvo un rendimiento plagado de altibajos, aunque en términos generales siempre pareció estar un escalón por encima del combinado egipcio. La albiceleste no tuvo dificultades para hacer pie en el encuentro durante el cuarto de hora inicial, más precisamente hasta que Luis González comenzó a encontrarle la vuelta a su posición de enganche, esa que le impuso el técnico para reemplazar al lesionado JR Riquelme.

Con la fineza de movimientos que lo caracteriza, 'Lucho' fue el dueño de las mejores acciones ofensivas argentinas a lo largo del encuentro. Y su socio ideal fue Sergio Agüero, ya que los dos interpretaron la misma sintonía de tres cuartos hacia delante.

Claro que en la mitad de la cancha, con Javier Mascherano y Fernando Gago juntos, Argentina tuvo "tránsito lento", sobre todo en el primer tiempo, cuando los volantes locales, especialmente Mohamed Zidan y Ahmed Hassan se movían con velocidad.

Pero poco a poco Argentina fue corrigiendo ese déficit en el segundo tiempo. Comenzó nuevamente a manejar las acciones y rápidamente, tras un error del zaguero Moauad que aprovechó Agüero para lograr la apertura del tanteador con un derechazo alto.

A partir de esa instancia los egipcios no volvieron a merodear la valla de Roberto Abbondanzieri y Argentina, por contrapartida, tuvo más opciones. A los 39' Maxi Rodríguez lanzó un tiro libre largo desde la derecha, al segundo palo, para que Nicolás Burdisso convirtiera con un cabezazo cruzado.

En el balance general, Argentina demostró ante el campeón de África que es un equipo de jerarquía, más allá de que su rendimiento, ante la falta de competencia, tenga lógicos claroscuros.