MADRID.- El socialista José Luis Rodríguez Zapatero inicia hoy dos semanas decisivas de cara a su segunda investidura como presidente del gobierno español y a la conformación del nuevo Ejecutivo, que se perfila más funcional y que podría contar con ministerios de nueva creación para afrontar nuevos retos como la desaceleración económica.

El Partido Socialista (PSOE) mantendrá a partir de hoy reuniones con el resto de las fuerzas parlamentarias de cara a la conformación, el 1 de abril, de las Mesas del Congreso y el Senado y a la investidura de Zapatero, previsiblemente el 8 de ese mes.

La intención de los socialistas, liderados en las negociaciones por su secretario de Organización, José Blanco, es que el presidente del gobierno sea investido en primera votación y para ello, con los 169 diputados obtenidos en las elecciones generales del pasado 9 de marzo, necesitan el apoyo de siete más que les otorguen la mayoría absoluta en un Congreso que previsiblemente presidirá el ex ministro socialista José Bono.

Blanco hablará con todas las formaciones, excepto con el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, el principal de la oposición con 154 diputados, de cara a que no haya que ir a una segunda votación de investidura en la que no obstante Zapatero tendría asegurado el triunfo, ya que sólo harían falta más apoyos que rechazos.

Tras la reducción de los grupos parlamentarios en la cámara surgida de las urnas -Izquierda Unida (IU) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), en los que el PSOE se apoyó la pasada legislatura, perdieron el grupo propio y tendrán que pasar a integrar el grupo mixto- todas las miradas apuntan a los catalanes de Convergencia i Unió (CiU), con 10 diputados, y al Partido Nacionalista Vasco (PNV), con seis. Los dos partidos nacionalistas tradicionales recuperan así su protagonismo de antaño. Ambos son rivales de los socialistas en sus respectivas

comunidades, Cataluña y País Vasco, pero parece factible que el PSOE consiga llegar a pactos con ellos. Se especula con un posible apoyo a la investidura por parte del PNV junto al Bloque Nacionalista Galego (BNG, en el grupo mixto con dos diputados y que cogobierna en Galicia con los socialistas). Con CiU, el voto parece menos probable, pero sí puede ser un apoyo del PSOE a lo largo de la legislatura.

El principal escollo de negociación con el PNV es el plan soberanista del jefe del Ejecutivo vasco, Juan José Ibarretxe, que incluye la convocatoria de un referéndum en esa región del norte de España en octubre.

Sin embargo, palabras recientes del presidente de la formación nacionalista, Iñigo Urkullu, sugieren que el PNV podría estar dispuesto a deslindar el plan de la negociación entre partidos.

Una vez investido, Zapatero abordará la formación de gobierno, que ha estado meditando esta Semana Santa en su retiro vacacional de Doñana, en el sur de España. El líder socialista dejó ya hace días claros los objetivos en la legislatura: "Que la economía funcione; que se cree empleo, sobre todo para las mujeres; que avancemos en el proceso de modernización e innovación de España; y ganemos posiciones en política social e integración".

Política económica y social serán pues los ejes del nuevo programa de gobierno, cuando la situación económica, con una desaceleración cada vez más visible, es la principal preocupación de los españoles.