Lunes 24 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 28 > Cultura y Espectaculos
EN CLAVE DE Y: Pandemónium

Pandemónium: (del griego pan, todo, y daimonion, demonio): capital imaginaria del reino infernal. Lugar en que hay mucho ruido y confusión.

No estoy muy segura si en este fin de semana largo corresponde la primera acepción de la palabra, sobre todo porque el cristianismo celebra la Pascua de Resurrección, y se supone que es precisamente el triunfo de Dios sobre el Demonio. De acuerdo, de acuerdo: hay momentos en que lo parece, huevo de pascua o no.

Podemos concordar, quizás, en que son días de mucho ruido y confusión, digamos, el ruido y la confusión diarios... ¡viajando! Más de un periodista lo ha caracterizado, sin embargo, de pandemónium, sobre todo cuando se ha referido a la terminal de micros de Retiro, o la ruta a tal y cual lado. Por los lares patagónicos el nombre le queda grande, afortunadamente, aunque tendremos el accidente nuestro de cada día, o dos, o tres.

De cualquier modo, mucho, mucho ruido / ruido de tijeras / ruido de escaleras / que se acaban por bajar / ruido de tenazas / mucho, mucho ruido. También están los análisis del caso: el oficialismo (cualquiera) exhibirá sus planes de controles vehiculares, desplegará uniformados de diversos colores, analizará penas más severas; la oposición (cualquiera) exigirá más controles vehiculares, más despliegue policial, modificaciones inmediatas al código penal...ruido de abogados / ruido compartido / ruido envenenado / demasiado ruido / ruido de frenazos /ruido sin sentido / ruido de cristales / ruido de gemidos / contagioso ruido.

Semana Santa o el funesto 24 de marzo; Navidad o San Martín, la pura verdad es que tenemos una nueva fecha patria: el general, o doctor, don Fin de Semana largo, el cual, a fuer de repetido, avanzando poquito a poco, es ya la séptima ola, el escape cuando los números no dan para quince días, la paz para los que se quedan, el júbilo de los que llegan, el negocio del turismo...el estado del tiempo pasa a ser el dato más importante del momento, (más que el precio del pescado, porque, dígame, cuántas personas conoce que sepan por qué se comía pescado masivamente en Semana Santa?)

El país suspende sus actividades para conmemorar tal o cual cosa que en definitiva ya no significa nada, salvo para los directos interesados; por caso, para todas y todos quienes supimos qué significó de veras el golpe de estado de 1976, no importará si estamos regando nuestro jardín, mirando las olas del mar o trepando una montaña: tal día, y los que le precedieron y los que le sucedieron, y gente y gente querida u odiada, todos están en la valija y se colarán en ella antes de que corramos el cierre. Otro ruido, éste: ruido de amenazas / ruido de escorpiones / ruidos como sables / ruido enloquecido.

Sí, todo esto es verdad: el temible llamado telefónico que cambia la vida de alguien para siempre, el silencio que no se llena con nada...Aunque, dígame, ¿no pasa que el ruido tapa el sonido? Porque mientras Serrat y Sabina me ayudan a ilustrar sonoramente el clima mediático de don Fin de Semana largo, suceden los sonidos no menos reales de los buenos augurios, de los abrazos de despedida y de llegada, del papel envolviendo el regalito del lugar a donde fuimos, y el del huevo o el conejo cuando se quiebra el chocolate y el de la risa ante la inevitable broma sobre el felices pascuas de don Alfonsín, y el susurro de la ropa que elegimos y el de las ilusiones que llegan solas, suspendiendo por unos días -los que se van, los que se quedan -una rutina que es tan tranquilizante como peligrosa.

MARIA EMILIA SALTO

bebasalto@hotmail.com

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