El éxito es muchas veces discutible, según desde dónde se mire, según quién lo evalúe, según como sea el modo de lograrlo, pero a esta altura hay un género en el que nadie se atreve a discutir un éxito que perdura y parece no tener techo.

Que me gusta, que no me gusta, que me cansa, que siempre lo mismo, pero del otro lado la contracara muestra estadios llenos, fiestas desbordadas y agendas completas.

Es más, si no me equivoco, ya debe estar posicionado como el folclorista, en materia de ventas, más exitoso de la historia del país.

Y claro, los que ahora admiten el éxito, hace tiempo miraban para otro lado y decían entre dientes que todo esto era pasajero, que pasaría rápidamente, que no duraría. Y duró, está, es palpable.

El Chaqueño Palavecino, muy bien definido por otro medio como "San Chaqueño" por su garantía de éxito, tuvo un verano extraordinario, no tuvo una sola presentación con poco público y fue el único que logró lleno total en Cosquín y Jesús María, que desbordó en la Fiesta de la Manzana y el que se llevó los mejores aplausos en Cafayate y en la Chaya, uno en Salta, otro en La Rioja.

Esto habla muy bien del salteño que a fuerza de empeño se instaló en el peldaño más alto del género, pero habla mal o en el mejor de los casos más o menos del resto de los grandes protagonistas del género.

Y uno se pregunta qué diferencia al Chaqueño del resto de los folcloristas para que esas mismas diferencias se vean también entre el público y en la euforia que se logra.

El Chaqueño hace lo que a la gente le gusta, podemos estar de acuerdo o no en si eso está bien o mal, pero está visto que le garantiza éxito sin límites. El resto, en muchos casos más innovadores que el mismo Chaqueño, no logra llegar al público masivo, el que reina en los festivales de verano.

Si sólo fuera esto uno diría que es euforia de verano, pero esto mismo que pasa en los festivales sucede con la venta de discos, con las contrataciones. El Chaqueño se convierte en un primero en todo, sí, decididamente primero en todo, porque convoca más, vende más y tiene agenda completa.

Y no hay demasiados que se acerquen a semejante éxito. Los Nocheros convocan mucho, Jorge Rojas lo mismo, Soledad un poco más lejos al igual que Los Guaraníes y en un escalón más alejado el resto.

¿Cómo se explica esto? El Chaqueño lo sabe y la fórmula no es secreta. Es química con la gente, es folclore popular y ejecutado con pasión, es entrega, es también tener un grupo de músicos impecables, es animarse a cumplir con todos y cumplir efectivamente.

No es mejor que los demás, su voz puede ser equiparable a muchos, repite el repertorio cada vez que sube a un escenario, pero la diferencia está en la entrega, en el éxito asegurado para los organizadores, en cómo lo sigue la gente. Es más, el mismo Chaqueño jamás se creyó el mejor, simplemente hizo lo suyo silenciosamente y llegó a donde está hace tiempo y se mantiene. El Chaqueño vive un romance largo con la gente, ese que tuvieron Los Nocheros, Soledad, pero que ahora es un tanto menor. Nadie sabe cuánto durará, pero existe y de modo tal que casi no quedan dudas que es quien más festivales llenó, quien más discos vendió en la historia del folclore argentino.

JORGE VERGARA

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