LA HABANA (DPA).- ¿Qué se está cocinando en los fogones del poder en Cuba? Mucho, según coinciden analistas, políticos y la propia población aunque, a un mes de la asunción del nuevo gobierno de Raúl Castro, si bien empiezan a conocerse algunos "ingredientes", el menú final de los cambios sigue siendo incierto.
Rumores, filtraciones y vagas alusiones en los medios oficiales dejan vislumbrar por dónde van los tiros, que pasan desde la venta libre de algunos insumos para el campo y de computadoras y electrodomésticos, a una flexibilización de las regulaciones migratorias o el levantamiento del veto a cubanos en hoteles de lujo, entre otros. Pero una confirmación oficial no se ha producido hasta el momento.
El propio Raúl Castro alentó las expectativas de cambios cuando, en su discurso de asunción el 24 de febrero, anunció que en las "próximas semanas" se iba a empezar a acabar con el "exceso de prohibiciones y regulaciones". También atacó otros problemas de fondo como el de la moneda doble o la necesidad de incrementar la productividad y de "reformas estructurales".
Un alto funcionario afirmó los pasados días que se está estudiando la eliminación de "todas" las prohibiciones que "quedaron obsoletas" de modo que "la gente pueda vivir de una manera más natural y normal". Son medidas que los cubanos "esperan y necesitan", admitió el secretario de Cultura del Comité Central del Partido Comunista, Eliades Acosta, sin revelar detalles sobre los planes. Y es que cumplido un mes de gobierno nuevo, lo único que parece claro es que las medidas, sean cuales sean, no van a ser anunciadas a bombo y platillo, sino que se implementarán paulatina y discretamente, como la venta de aperos para agricultores, que ya ha empezado a funcionar en algunas provincias sin que hubiera más que una mención, de pasada, en la radio estatal.
Un secretismo que "no facilita nada", advierte el economista disidente Oscar Espinosa Chepe. A su juicio, aunque el modus operandi va acorde con la actitud del nuevo presidente cubano -"Raúl Castro siempre ha sido muy dado a trabajar silenciosamente, de manera discreta", señala- la situación entraña un "peligro". "No legalizarlo es un peligro, porque en cualquier momento pueden dar marcha atrás, no da confianza", dijo en conversación con dpa.
El problema es que muchos de estos cambios no necesitan una ley específica, ya que se refieren a reformas de medidas tomadas sólo "por necesidad" en los momentos de crisis que atravesó la isla a partir de la década de los 90 a raíz del derrumbe del bloque soviético, el denominado "período especial", como es el caso de la prohibición de alojarse en hoteles de lujo.
Con todo, las más diversas fuentes han confirmado los "movimientos" en el país durante las últimas semanas. "Hay un movimiento subterráneo", aseguraba un diplomático europeo en La Habana, mientras que incluso el archienemigo Washington reconocía "cambios tácticos" en el nuevo gobierno de Raúl Castro.
Las ansias de cambios son tan grandes en la población cubana que incluso medios oficialistas han tenido que salir al paso y comentarlos. "Observo con preocupación que algunas personas están a la espera de que el anuncio de determinadas medidas resuelvan de por sí, de ahora para ahorita, necesidades domésticas acumuladas, espirituales o que tengan un reflejo automático en el consumo", señalaba hace una semana el director del diario "Granma", el órgano oficial del PCC, Lázaro Barredo.
También la agencia local AIN se veía esta semana obligada a frenar los rumores relativos a una revalorización del peso nacional que atribuyó a "creencias apriorísticas, corazonadas (...) o cualquier otra consideración especulativa", llamando a a no "dejarse llevar" por "rumores sin fundamento".
Y en un movimiento considerado inédito, "Granma" abría este último viernes su recién "reiniciada" sección de "Cartas a la dirección" al debate abiertamente crítico de las "preocupaciones sobre los temas económicos", en vista de que "la correspondencia se multiplicó en los últimos días" apelando al tema, según explicó el rotativo. A un mes de la nueva era iniciada por Cuba, parece que ya están listos algunos "aperitivos" y hambre de cambio está claro que hay, aunque aún se esté muy lejos de saber hasta dónde llegará el menú completo de las reformas.