Otro forense llega a la tevé. Uno diferente, que no llena su vida con su trabajo como la mayoría de los que se ven en todas las "C.S.I". Éste esconde un secreto, uno muy oscuro.
Él es Dexter, el protagonista de la serie homónima que desde el 26 de este mes se verá a las 22, todos los miércoles por la señal de cable Fox.
La fachada de hombre simpático y a la vez profesional responsable, comprensivo con su novia, cariñoso con lo hijos de ella y compinche de su hermana, oculta su esencia: él es un frío y calculador asesino serial.
La serie, basada en la novela "Darkly Dreaming Dexter" de Jeff Lindsay, está ambientada en Miami donde Dexter es un experto forense que trabaja en el Departamento de Policía y se especializa en la sangre.
El protagonista de "Dexter" es Michael C. Hall, quien se aleja del hipersensible David Fischer que interpretó "Six Feet Under" mostrando en esta serie su ductilidad y calidad actoral.
Desde el primer capítulo, Dexter va contando su historia. Su voz en off analiza lo que pasa en su interior, o lo que no pasa ya que él mismo se describe como un ser vacío, un monstruo que no tiene ninguna conexión verdadera con los otros seres humanos.
Él fue adoptado a los 4 años por Harry Morgan (James Remar), un agente de policía que al descubrir las tendencias sangrientas de su hijo en la pubertad trata de encausarlas en una serie de normas, un "código" al que Dexter se apega.
Será un asesino que sólo destruirá a quienes escaparon de la ley, justificándose como un vengador, y tendrá una disciplina extrema para ocultar sus huellas y evitar así ser descubierto.
Su interacción con quienes lo rodean es casi perfecta: ayuda a su insegura hermana Debra (Jennifer Carpenter), también policía, a ascender e ingresar en la División de Homicidios; comprende a Rita (Julie Benz) su novia, quien fuera víctima de violación por parte de su ex marido, y mantiene buenas relaciones con sus compañeros de trabajo: el detective Ángel Batista (David Zayas) y la teniente María Laguerta (Lauren Vélez). El único con el que no puede lograr una buena comunicación es el sargento Doakes (Eric King).
La producción es densa, no tiene guiños de humor como para descomprimir. Muestra los casos policiales de los que participa Dexter como especialista y sus tareas "extracurriculares".
Es dura y sangrienta. Su única luz es la que baña Miami, que casi encandila en las secuencias de la vida cotidiana y contrasta con la oscuridad del departamento de Dexter y de las noches en que sale a "cazar" a otros asesinos.
Otro contraste lo da la música latina que distingue la banda de sonido, con mucha salsa, boleros y sones.
La comunidad latina está muy presente, tanto en los personajes secundarios como en los que rodean los casos policiales y se escucha hablar mucho en español, aunque a veces en la elección de los actores el idioma suene con un acento "anglo" bastante molesto.
Con una notable realización cinematográfica el relato visual es eficiente y ajustado con lo que quiere contar, y sólo altera la línea temporal en los flashback en los que Dexter recuerda la relación y "enseñanzas - adiestramiento" de su padre.
Los títulos de apertura son de los mejores que se han visto en los últimos tiempos y recién aparecerán en el segundo capítulo, cuando al conocer el personaje se vuelven atractivos.
SILVINA FERNÁNDEZ
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