CIUDAD DEL VATICANO (AFP) - La máxima autoridad de la Iglesia católica deseó que "la fuerza de la renovación del misterio pascual" se manifieste "en todas las partes del mundo" con motivo de la Pascua, principal festividad del cristianismo con la que se conmemora la resurrección de Cristo. "Cómo podemos olvidarnos de pensar en este momento en algunas regiones africanas, como Darfur o Somalia, en el atormentado Oriente Medio, y en especial en la Tierra Santa, en Irak, Líbano y finalmente Tíbet, regiones para las que animo la búsqueda de soluciones que salvaguarden el bien y la paz", declaró.
Hizo hincapié en que, para los cristianos, la Pascua es "un llamamiento a convertirnos al amor", "una invitación a vivir rechazando el odio y el egoísmo". El Papa había hecho el miércoles un llamamiento al "diálogo" y la "tolerancia" recíproca en Tíbet durante su audiencia general tras guardar silencio durante varios días. China hizo oídos sordos a sus llamados.
El Papa pronunció luego sus mejores deseos de Pascua en 63 idiomas, entre ellos el chino, el árabe y el latín, y su tradicional bendición "urbi et orbi" (a la ciudad y al mundo). Con el mensaje al mundo y la bendición concluyó la misa de Pascua concelebrada por Benedicto XVI frente a miles de peregrinos que se protegían de la lluvia con paraguas, frente a la Basílica de San Pedro.
El papa y los demás celebrantes estaban resguardados por un gran toldo bajo el cual se encontraba el altar. "Consideremos (esta lluvia) como un don de Dios", improvisó el Papa. Las festividades de Pascua de este año están dedicadas a la libertad religiosa.
En el Vía Crucis de Viernes Santo, se habló de los "mártires" de la Iglesia en China. China, cuya pequeña iglesia católica está dividida entre un brazo clandestino fiel al Papa y otro oficial sometido a las autoridades políticas, había estuvo presente en el tradicional viacrucis del Viernes Santo presidido por Benedicto XVI en el Coliseo, en el centro de Roma.
Las "meditaciones" redactadas a petición del Papa por el cardenal de Hong Kong Joseph Zen Ze-Kiun destacaron a los "mártires vivientes del siglo XXI", víctimas de "todos los que usan la autoridad como instrumento de poder y no se ocupan de la justicia".
El acontecimiento más imprevisto de estas celebraciones pascuales fue el bautismo por Benedicto XVI de Magdi Allam, periodista italiano de origen musulman conocido por su polémicas contra el islamismo. Magdi Allam, nacido en Egipto en 1952, editorialista en el Corriere della Sera, optó por el nombre de "Cristiano".
El portavoz del Vaticano Federico Lombardi explicó en una nota a los medios que "para la Iglesia tiene derecho a recibir el bautismo católico toda persona que lo pide tras una profunda búsqueda personal, y debe hacerlo con total libertad y luego de una preparación adecuada".
En su relación con el islam, el Vaticano insiste sobre la importancia de la libertad religiosa y en especial sobre el respeto al derecho de cambiar de religión. La apostasía (renegar su religión) es prohibida en el islam y puede ser castigada con la pena de muerte en algunos países.