Viernes 21 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 43 > Cultura y Espectaculos
Una parábola despiadada
Con cuatro Oscar como antesala, hoy llega a las salas de cine de Neuquén la última película de los hermanos Coen: "Sin lugar para los débiles", un retrato sangriento y cruel de una época que tiene mucho de actual.

"Sin lugar para los débiles", el último y premiado filme de los hermanos Joel y Ethan Coen que llega hoy a los cines Villages, es el retrato de una época despiadada y sangrienta que atraviesan a los Estados Unidos, aun en pequeños pueblos de su gran interior.

Basada en la novela amarga e implacable "No Country for Old Men", del no menos amargo Cormac MacCarthy, autor de la desolada y brillante "La carretera", el filme puede inscribirse entre los más notables de los Coen.

En la última entrega de los Oscar, "Sin lugar..." ganó los premios a mejor película, director, guión adaptado y actor de reparto para el español Javier Bardem.

El largometraje trae esa inmensidad y soledad del paisaje estadounidense sólo que esta vez en Texas, pero además posa su mirada sobre perdedores al estilo de los "Fargo", con dilemas morales que parecen mundanos pero que están vinculados con la milenaria división entre el bien y el mal.

Pero además, la película pone de manifiesto el estado de violencia que se vive en Estados Unidos, sin por eso rebajarse al alegato panfletario.

Austera, filmada en tono minimalista, con una narración lenta pero firme y concisa, "No hay lugar...", no sólo es una suerte de western moderno, sino, fundamentalmente, una fábula sobre los tiempos actuales plagados de violencia y sinsabores.

Como siempre, los Coen eligieron un casting despojado de estrellas; el protagonista es Josh Brolin que encarna al casi desocupado Llewelyn Moss y al multipremiado Javier Bardem como el introvertido psicópata Anton Chighur.

La única "estrella" es Tommy Lee Jones, quien personifica al sheriff Ed Tom Bell, pero que además entrega su cara plagada de marcas y arrugas para los perturbadores planos de las cámaras de los Coen.

Llewelyn Moss es un veterano de Vietnam que malvive de la caza de antílopes en una casa rodante y que encuentran en plena sabana un cargamento de heroína y una valija con más de dos millones de dólares.

Alrededor de semejante hallazgo hay una docena de cadáveres, al menos cuatro camionetas y un narco mexicano moribundo que le pide un sorbo de agua. Moss se lleva la valija pero por la noche, cargado de culpa, vuelve con un bidón de agua para el mexicano al que encuentra muerto, pero es el páramo el que habrá de sumergirlo en su destino.

Sus últimos rastros de moral lo ponen al borde de la muerte, ya que en ese regreso al desierto es en dónde los narcos se dan cuenta de que es Brolin, quien se ha llevado el botín.

Es ahí donde ingresa el personaje de Bardem, que munido de un martillo neumático de aire comprimido con el que se matan vacas, va dejando una estela sangrienta por todo el sur estadounidense.

El crimen estalla a poco tiempo de que Lee Jones jubile a su personaje, que igual inicia la búsqueda lenta, paciente y hasta el hartazgo, de Bardem. (Télam)

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí