PEKÍN (AFP) - China reforzó la seguridad en Tíbet y en las regiones vecinas ayer despachando importantes contingentes militares, informaron varios testigos, al tiempo que admitía por primera vez haber usado la fuerza para reprimir los incidentes causando cuatro heridos.
Varios convoys militares chinos se dirigían ayer al Tíbet mientras la presencia militar aumentaba en las regiones del oeste de China donde viven minorías tibetanas, según un testigo, varios periodistas y asociaciones pro tibetanas.
Georg Blume del diario alemán Die Zeit, uno de los últimos reporteros occidentales que fueron expulsados de Lhasa, aseguró que la presencia militar es masiva en la capital tibetana. "Vi un convoy de por lo menos 200 camiones con 30 soldados cada uno, es decir unos 6.000 militares desplazados en un solo día", afirmó Blume a la BBC antes de partir de Lhasa en la mañana del jueves.
En el oeste de China, un reportero de la BBC informó de la presencia de más de 400 vehículos militares que se dirigían en convoy hacia Tíbet. Periodistas de la BBC hablaron también de un tren que transportaba más de 20 vehículos, entre ellos camiones y todoterrenos, en la línea que va a Tíbet, en la frontera entre las provincia de Qinghai y Gansu. Sobre los vehículos figuraba la inscripción "Fuerza de Reacción Rápida de la Policía Armada China".
Por su parte, el Dalai Lama, líder espiritual de los budistas tibetanos exiliado en India, se declaró dispuesto a reunirse con el presidente chino, Hu Jintao, si recibe "señales concretas" de que Pekín está dispuesto al diálogo. El Dalai Lama expresó asimismo su temor de la represión china haya dejado "numerosas víctimas" en Tíbet.
Pekín acusa al Dalai Lama de haber organizado los disturbios del pasado viernes para sabotear los Juegos Olímpicos de Pekín y afirma que hubo 13 muertos a manos de "agitadores tibetanos".
Por su parte, los tibetanos en el exilio hablan de 100 muertos comprobados pero estiman que podría haber cientos. Ayer Pekín admitió por primera vez haber usado la fuerza en la represión de las protestas, concretamente en la provincia de Sichuan, disparando e hiriendo a cuatro manifestantes "en defensa propia", anunció la agencia oficial China Nueva.
Grupos de activistas, sin embargo, denunciaron que las fuerzas de seguridad mataron a ocho personas en Ngawa y distribuyeron fotos de cadáveres con heridas de bala para argumentar sus denuncias, aunque no pudo confirmar la autenticidad de las imágenes.