Perdidos. Así están en Racing, afuera y adentro de la cancha. Los cheques que la gerenciadora Blanquiceleste S.A. entregó al ex cuerpo técnico integrado por Reinaldo Merlo y René Daulte, correspondientes al mes de marzo, también fueron rechazados por falta de fondos.
Los cheques formaban parte de un acuerdo al que las partes habían llegado el año pasado tras la abrupta salida del cuerpo técnico, pero desde enero de este año no pudieron ser efectivizados. La noticia asesta un nuevo golpe a Blanquiceleste, en medio de las versiones sobre un cambio en la intervención del club.
El abogado de Merlo, Gustavo Romano Duffau, confirmó que "los cheques de marzo, al igual que pasó en enero y febrero, fueron rechazados. Se reitera el incumplimiento por parte de Blanquiceleste; esto ya fue informado al juzgado comercial correspondiente".
Una eventual caída de Blanquiceleste, que debe afrontar la última cuota de la quiebra entre fines de este año y principios de 2009 por 3,1 millones de pesos, pondría en peligro la estabilidad de la institución.
Dentro de la cancha las cosas no parecen más claras. Ayer, el entrenador, Miguel Micó, realizó la primera práctica de fútbol de la semana, e incluyó a Claudio Fileppi como delantero -hace pocos partidos lo había ubicado como marcador lateral por la izquierda- pensando en el partido de mañana con Estudiantes.
En todos los partidos Micó buscó variantes, de nombres y tácticas, que hasta ahora generaron más confusión. La práctica despejó la duda sobre quien sería el reemplazante de Franco Sosa, expulsado ante River: será Gonzalo García. Pero la principal novedad fue el esquema táctico que utilizó Micó, incluyendo tres delanteros, aunque dos de ellos son mediocampistas, los casos de Moralez y Fileppi.