El ministro de Justicia, Aníbal Fernández, calificó ayer el asesinato de Emanuel Álvarez como "un hecho criminal, no es un hecho de los problemas del deporte, es un hecho criminal. Pudo haber pasado si los micros llevaban a un equipo de básquetbol o pudo haberle pasado a un micro que llevaba a jubilados a un camping determinado", agregó.
"¿Cuál es la historia que se quiere descubrir detrás de esto?", se preguntó el ministro, y agregó: "Lo único que hay es un asesino que se le dio por pegarle un tiro en el pecho a un chico", de 21 años.
Javier Castrilli, subsecretario de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos de la Nación, coincidió con Aníbal Fernández. "No hubo un grupo de hinchas esperando a otros. Todo hace pensar que el hecho fue perpetrado por una mente imbécil que terminó con una vida. Como fue perpetrado a 20 cuadras de la cancha, no tiene absolutamente nada que ver con el partido de fútbol", declaró Castrilli.
El ex árbitro opinó que "dentro de las canchas no pasa nada, por eso la violencia se ha desplazado afuera de los estadios, pero este es un hecho de locura y por eso va más allá de la prevención". Y agregó: "que un loco saque un arma y abra fuego contra una multitud puede pasar en un descampado a 20 cuadras de una cancha o a 50 kilómetros".
