Domingo 16 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 30 > Internacionales
Las cartas que ambos juegan

WASHINGTON (AFP) - Para sus partidarios, uno es víctima de sexismo y el otro de racismo, pero lo cierto es que en medio de la batalla por la candidatura demócrata algunos comienzan a inquietarse por la degradación de la campaña.

Esta semana, el tema del racismo se convirtió en foco de atención cuando una aliada de Clinton, la ex candidata a vicepresidenta Geraldine Ferraro dijo: "Si Obama fuera un hombre blanco, no estaría donde está actualmente".

Justificando sus comentarios, Ferraro acusó a Obama de "jugar la carta del racismo" y a su equipo de haber deliberadamente agitado la polémica.

En febrero, el general Merrill McPeak, un militar retirado que se comprometió en la campaña de Obama, justificó su elección explicando que su candidato no tenía por costumbre "ir a la televisión y romper en sollozos", en referencia a la vez que Clinton trató de inhibir sus lágrimas en vísperas de su victoria en New Hampshire en enero.

Por su parte, algunos analistas como la catedrática "post-feminista" Camille Paglia reprochó a Clinton hacerse la víctima: "Hillary pierde jugando (esta carta), pero sus allegados descubrieron que muchas mujeres parecían receptivas", se lamentó Paglia en la revista US.

Bruce Ranson, de la Universidad Clemson en Carolina del Sur, afirmó que, dando lugar a polémicas sobre racismo, los allegados de Clinton se comportan como si quisieran "poner a Obama en la categoría del candidato negro" para "restringir el poder de seducción que puede tener más allá" del electorado negro.

El jefe de la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, trató de calmar las aguas: "tenemos dos (candidatos) que representan segmentos esenciales (del partido demócrata) y cuando se atacan uno al otro es sentido de modo más personal", explicó al Washington Post.

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