NEUQUÉN (AN) - El encargado de la confitería de un barrio cerrado de Neuquén denunció que entraron por la noche y le robaron electrodomésticos y mercadería, pero las autoridades del country dijeron que la alarma de las instalaciones no sonaron y que en el lugar no hay vestigios de violencia.
Sea como fuera, el episodio está teñido de un condimento extra porque las autoridades del country no quieren que el hombre siga el frente de la confitería.
El hecho ocurrió en El Rincón Club de Campo. Lo que coincide de los relatos es que la concesión de la confitería del "club house" la tenía una empresa que la cedió a una persona, Richard Mardones, sin el consentimiento del country, que le pide su salida del negocio en menos de un mes.
Fue, precisamente, Mardones el que denunció a "Río Negro" que el viernes a la madrugada desconocidos entraron a las instalaciones que están bajo su responsabilidad y robaron licuadoras, gaseosas, helados y cigarrillos.
A este hombre le llamó la atención que no se accionara la alarma cuando forzaron la ventana de la confitería para entrar. Contó que las autoridades del barrio cerrado le prohibieron que hiciera la denuncia policial.
Martín Santurtún, director de El Rincón Club de Campo, dijo que Mardones se encuentra a cargo de la confitería porque el concesionario decidió retirarse y dejarle a él el negocio, pero se
trata de una transferencia que el contrato no autoriza.
A Santurtún le llama la atención el hecho de que la alarma, que estaba activada, no se hubiera disparado con la entrada de ladrones a la confitería.
Contó que las veces que los adolescentes del barrio privado quisieron entrar al local, la alarma se disparó y despertó a medio country.
Negó además que se le hubiera prohibido a Mardones hacer la denuncia.