El ministro de Gobierno, José Luis Rodríguez, no obtuvo ayer las disculpas que esperaba del intendente de Roca, Carlos Soria, por las acusaciones lanzadas durante la campaña electoral del 2007 en la ciudad.

Ocurrió todo lo contrario. El jefe comunal ratificó sus dichos y dobló la apuesta, pidiendo a la jueza Laura Pérez que en la causa se abra el período de recepción de pruebas.

Anoche trascendió que el objetivo de Soria es alimentar el expediente con declaraciones de varios funcionarios del gobierno, dirigentes del radicalismo y hasta periodistas que denunciaron presuntos hechos de corrupción ocurridos durante los últimos años en la provincia.

Todo empezó cuando el intendente -en plena campaña para alcanzar la reelección- tildó de "ladrón" a Rodríguez, por entonces candidato de la Concertación, además de asegurar que fue procesado por las irregularidades en la emisión del bono Cedepre.

Luego llegó un cruce de cartas documento y finalmente el actual ministro llevó el caso a la Justicia, querellando a Soria por calumnias e injurias.

La audiencia de conciliación realizada ayer en el Juzgado Correccional 14 terminó sin resultados amistosos.

"Eligió el camino mediático para instalar su candidatura (a gobernador). El otro día rompió la reunión con los intendentes, ahora prefiere seguir adelante con esta causa judicial", dijo Rodríguez, quien no concurrió a tribunales sino que fue representado por el abogado Rubens Vila.

"El problema es que lo hace con argumentos irrisorios: no puede llevar a la audiencia recortes del diario como prueba para sostener que yo estoy procesado en la causa Cedepre", continuó el ministro en diálogo con "Río Negro".

Soria también fue consultado por este diario y reiteró que no tiene "nada que rectificar" sobre lo dicho en octubre del 2007.

En este contexto informó sobre el pedido a la jueza para que la causa se abra a prueba.

(Redacción Central)