La deserción, la bestia maldita para el mundo deportivo y cultural de Cuba, ha vuelto a golpear la isla, que vio cómo al menos siete miembros del equipo de fútbol que compite en el Preolímpico Sub 23 en Estados Unidos abandonaron sus filas. La fuga de los jóvenes no sólo merma aún más la lista de "estrellas" y "promesas" deportivas de la mayor de las Antillas especialmente en este año olímpico.
Al debilitar fuertemente el cuadro futbolístico Sub 23, podría frustrar de un solo golpe las esperanzas que habían depositado los cubanos en este equipo, el primero de su rubro que consiguió llegar a una fase eliminatoria preolímpica. Y no es que la noticia haya sido una gran sorpresa. El propio entrenador del once cubano, Raúl González, dejaba traslucir algún recelo ante la tentación que podía suponer competir en Estados Unidos, un campo abonado para las deserciones cubanas, antes de la partida del equipo.
"Hemos reforzado la preparación político-ideológica de nuestros jugadores", declaraba a los medios la semana pasada. Con todo, desde la Asociación Cubana de Fútbol (ACF) se admitía que la acción ha supuesto un "duro golpe" para el gremio. Tal como
ha sucedido en casos anteriores, los medios cubanos conservan por el momento un estricto silencio respecto del tema. Después de destacar la buena actuación del equipo Sub 23 frente a Estados Unidos, con el que empató 1-1, para la prensa cubana parece -desde que se conocieron las deserciones- como si el evento de la Conacaf no existiera.
Y es que no es, ni mucho menos, la primera vez que Cuba debe enfrentarse al espinoso tema de las deserciones, que llevó a la mayor de las Antillas incluso a tomar la drástica decisión el año pasado de renunciar al Campeonato Mundial de Boxeo que se celebró en Chicago para evitar el "robo" de sus deportistas, tal como se explicó en un comunicado oficial.
De hecho, el boxeo es uno de los campos más golpeados por las deserciones. Cuba perdió entre finales del 2006 y el 2007 a sus principales figuras de este deporte, tras la deserción de los campeones olímpicos Yan Barthelemy, Yuriorkis Gamboa y Odlanier Solís en diciembre del 2006, más la frustrada "fuga" del bicampeón olímpico y mundial de peso gallo Guillermo Rigondeaux y el monarca mundial de welter Erislandy Lara en los Panamericanos de Río en julio del 2007, quienes a pesar de regresar "arrepentidos" a Cuba han desaparecido totalmente del mapa deportivo de la isla.
También otros rubros deportivos -beisbol, voleibol, lucha- han sufrido deserciones en los últimos años, mas esta "bestia negra" no se limita sólo a este campo.
Otro de los más afectados es el de la cultura, por las posibilidades de viajar que tienen los artistas. En los últimos meses, abandonaron presentaciones internacionales para desertar tres primeras figuras del Ballet Nacional de Cuba (BNC) y otras tantas del Ballet Español de Cuba (BEC); seis integrantes del grupo vocal "Los tres de La Habana" y otros tres músicos del grupo Los Galanes; diez miembros del Circo Nacional de Cuba (Circuba), la actriz Susana Pérez y el presentador de la televisión cubana Carlos Otero.
Por el momento a Cuba, que se niega a profesionalizar el deporte, no le queda más remedio que rechinar los dientes y seguir adelante, como declaró el secretario general de la ACF, Antonio Garcés: "No podemos sentarnos a llorar. Debemos seguir luchando y llevando el fútbol hacia delante".
SILVIA AYUSO
DPA