En medio de una fuerte puja de poder por el timón del rumbo económico y las críticas que recibió del campo por la suba de retenciones, el ministro de Economía, Martín Lousteau, calificó ayer de "totalmente infundadas" las versiones sobre su posible renuncia. Negó que existan "diferencias" fuertes con el secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

"Tanto los rumores como las informaciones de que estuvimos (con Moreno) a punto de tener problemas son totalmente infundados", insistió en declaraciones por radio Del Plata.

El ministro de Economía sostuvo además: "Con Moreno trabajamos todo el tiempo, es un colaborador, un secretario de Estado como el resto de los secretarios de Estado, con los que trabajamos en muchos temas que hacen a la economía".

Reconoció que no es "ajeno" a la "discusión que obviamente está instalada en la sociedad" sobre la medición de la inflación, y confirmó que se está trabajando para "elaborar un índice y dejar esta discusión", pero no dijo cuándo se dará a conocer.

Se está trabajando, precisó Lousteau, "en la elaboración de cambios metodológicos, lo que tiene que ser chequeado, porque es un proceso mucho más complejo de lo que la gente cree". Dijo que "en dos meses terminará la discusión" por el índice.

El ministro estimó que las discusiones sobre la forma de medir la inflación "se generó en un momento muy particular, en un año electoral" y auguró que quedará "zanjada" cuando "tengamos lista la nueva metodología y la comuniquemos".

Otro de los frentes de Lousteau es el descontento del campo, luego de que anunciara el martes un nuevo esquema de gravámenes a las exportaciones de granos, que elevó a casi 44% la tasa impositiva sobre la soja, a la que se han volcado masivamente productores y ganaderos por sus altos réditos.