Jueves 13 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 36 > Deportes
La galera surgió para sacar un milagroso triunfo
River no jugó bien en Chile, pero ganó en el final. Rosales fue el salvador. Ahora el "Millo" es líder.

River no sabe ganar sin sufrir. Como frente al América de México, encontró el triunfo (2-1) en la Libertadores cuando el partido se moría. Esta vez, en Chile y ante la Universidad Católica, el salvador fue Mauro Rosales, quien además catapultó al equipo de Simeone a la cima del grupo 5.

Posiblemente los 43 minutos iniciales hayan estado de más. Fue un lapso demasiado largo para medirse mucho y hacer casi nada. Al menos frente a los arcos. Sí hay que decir que River tomó la iniciativa siempre, pero lejos estuvo de su mejor versión. El 'Millo' se paró con un clásico 4-3-1-2, igual que la Católica, aunque el chileno Alexis Sánchez siempre se tiró atrás. El trasandino, lejos el más insultado, fue quien propuso vértigo, movilidad y caos, aunque siempre más de ésto último.

Con Ariel Ortega desaparecido, el que intentó asociarse con Sánchez fue Augusto Fernández. El volante fue el primero en patear al arco, a los 8, pero el "Colo" Buljubasich le ahogó el grito. A los 21 Roberto Gutiérrez contestó con un disparo de divisiones inferiores y a los 26 Abelairas eligió mal, y en vez de disparar a los tres palos tiró un centro al que no llegaron ni el "Burrito" ni el "Loco" Abreu.

Los bostezos proliferaban hasta los 37, porque Cabral erró feo y Gutiérrez le pegó tan mal que a Carrizo le bastó con cerrar las piernas para rechazar el balón. Los presentes pedían un descanso a tanto bodrio cuando a los 43 Ortega tocó para Fernández, un defensor chileno pifió increíblemente, Augusto cedió para Abreu y el "Loco" puso el 1-0. Pareció demasiado premio.

El epílogo fue la antítesis, en todos los sentidos. Porque en el amanecer de la etapa empataron los chilenos, tras una enorme pase de Ailton Da Silva, una asistencia de Vásquez y un toque a la red de Gutiérrez. River contestó a los 5 con una contra que no fue gol de Ortega de milagro y antes de los 10 un furibundo zapatazo de Tuzzio, tras un corner, casi le quemó las manos a Buljubasich. Pero la "U" comenzó a equiparar la balanza y a preocupar cerca de las barbas de Carrizo. Entonces se largó la danza de los nervios y el "Millo" fue el más afectado. Igual, lo tuvo sobre los 34, cuando Abreu metió un centro rasante y casi en la línea, y sin arquero, Rosales se hizo un nudo.

También lo pudo perder, pero Carrizo estuvo estupendo ante un milimétrico tiro libre de Darío Bottinelli. Entonces, a los 42, el enano Buonanotte la robó, un defensor pifió y la zurda de Rosales agradeció tamaño regalo clavando el balón entre la humanidad del "1" y su palo izquierdo. Así gana River: con sudor y lágrimas.

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