La voracidad fiscal del gobierno parece no tener límites. Las nuevas retenciones al campo permiten establecer que será este sector el que aporte el 100% del superávit fiscal para el año en curso.Era de esperar. Aprovechar el buen contexto internacional para hacer caja es uno de los mandamientos del modelo K. Las mayores retenciones sobre el campo tendrán efectos negativos en la economía para el mediano plazo. Con menores ingresos y costos creciendo en dólares a tasas del 20% anual, el futuro de determinados sectores del agro resulta incierto. La ganadería, la lechería y ahora ciertos granos no encuentran salida a este ahogo fiscal.
El campo no tiene fuerza ni margen para cambiar las decisiones del gobierno con una economía creciendo a tasas en torno a los dos dígitos. Ahí está hoy centrado el poder del gobierno.