WASHINGTON/TEHERÁN (AFP)- La Casa Blanca afirmó que "no hay nadie" dentro del gobierno estadounidense que impulse una guerra con Irán, un día después de que el jefe militar para Medio Oriente, el almirante William Fallon, renunciara a su cargo por sus presuntas discrepancias con la política oficial respecto a Teherán.
Sin embargo, la portavoz Dana Perino dijo que el presidente George W. Bush no podía descartar el uso de la fuerza en la disputa sobre el programa nuclear de la República Islámica, porque eso "ayuda a hacer el trabajo diplomático y a hacerlo más efectivo". "Es verdad que el presidente no ha descartado ninguna opción, pero ningún comandante en jefe podría hacer eso y estar representando bien a Estados Unidos", indicó. "No hay opiniones diferentes cuando se llega a eso". Sin embargo, "no hay nadie en la administración que esté sugiriendo otra cosa que un enfoque diplomático con Irán", dijo Perino , un día después de que el almirante Fallon renunciara luego de informes de prensa de que discrepaba de la estrategia de Bush.
Consultada si las afirmaciones de que la salida de Fallon mostraban que el presidente no tolera discrepancias, Perino respondió: "pienso que eso es absurdo".
Comicios sin "reformistas"
El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, enfrentará mañana una importante prueba en las urnas: más de 30 meses después de la asunción de Ahmadinejad, los iraníes expresarán en unas elecciones legislativas su apoyo al rumbo seguido hasta ahora por su exaltado jefe de Estado ultraconservador o el deseo de un cambio.
Un total de 43,7 millones de iraníes con derecho a voto y mayores de 18 años están convocados a elegir a 290 diputados entre más de 4.400 candidatos. "Si la mayoría silenciosa, que boicoteó las anteriores elecciones (en 2004), va a participar esta vez, el bando del presidente puede verse en aprietos", estima el ex vicepresidente Mohammed-Ali Abtahi. En opinión de los observadores, la afluencia a las urnas será decisiva: cuanto mayor, tanto mejor para la oposición.
En las elecciones se enfrentan tres sectores: el bando de Ahmadinejad, los reformistas y una nueva facción conservadora, que se ha convertido en alternativa a esas dos corrientes tradicionales.
El sector reformista está encabezado por los ex presidentes Jatami y Akbar Hashemi Rafsanyani. Sin embargo, como la mayoría de los candidatos reformistas, que además se presentan a las elecciones con dos listas, fueron vetados por motivos ideológicos por el conservador Consejo de los Guardianes, este sector no acude a los comicios con sus líderes más destacados y estaría muy contento con conseguir la tercera parte de los escaños.