Martes 11 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 08 > Regionales
Obreros "recuperan" galpón frutícola en Cordero
Es el último establecimiento de este tipo que había en el lugar. Hay intención judicial de vender la empresa al personal.

CORDERO (ACS).- "Es el único galpón que quedaba en el pueblo, había seis", aseguraron los operarios convertidos en administradores del ex frigorífico BL, que desde enero es manejado por quienes se resistieron a dejar que la quiebra los dejara sin trabajo y sin rumbo. La inauguración oficial del regreso a la actividad comercial y al embalaje para el mercado interno y la exportación fue el viernes por la tarde en las puertas de la empresa.

Con la presencia de familiares, amigos, vecinos, autoridades locales y provinciales invitadas se hizo un acto sencillo, con mucho nerviosismo y un gran convite de camaradería después, para espantar los fantasmas de los días de angustia.

La cooperativa "Los Manzanares" comenzó a operar el galpón en enero con un primer envío de ciruelas para embalar. Luego vinieron los duraznos, fruta de pepita, el alquiler de las cámaras de frío (convencional) por parte de una juguera y dentro de pocos días esperan la firma de un contrato para trabajar un gran volumen de fruta para la exportación de una empresa egipcia.

Según explicó el abogado del Movimiento de "empresas recuperadas por los obreros", el juzgado de la quiebra (Comercial 1 en Buenos Aires) los autorizó por un año para administrar el galpón y las cámaras frigoríficas y luego "hay posibilidades que la cooperativa compre, así es que buscaremos comprar", dijo Luis Caro, el abogado del movimiento de las "empresas recuperadas".

La administración de los empleados que fueron despedidos la temporada pasada fue el resultado de la tozudez de una veintena de mujeres y de hombres que tenían entre 20 y hasta 40 temporadas "en el galpón" y que no se resignaron a volver a sus casas con las manos vacías.

"No era seguro que íbamos a recibir indemnización, en el pueblo ya no quedaron en pie otros galpones y la gente no cobró nada: este era el último; así es que lo primero fue apostarnos afuera para que no se llevaran la maquinaria y todo lo que había en la empresa. Estuvimos cuatro meses día y noche en la puerta mientras se hacían trámites, se averiguaba en el juzgado y después se empezaron a hacer las presentaciones", explicaron.

Miguel Opazo es el presidente de la cooperativa y Juana Cañuelao la secretaria. En su mayoría son mujeres, como Elvira Voto, Ana María Leiva, Gabriela Opazo, Nancy Gutiérrez, Angélica Lincoñir, Olga Muñoz, Adriana Taia ó Inés Amaya, pero también están Rolando Lagos que se sumó a la parte administrativa, o don Antonin Lagos -con 40 temporadas adentro- y Rufino Martínez, un embalador que en edad jubilatoria supo que no podía dejar de trabajar por falta de aportes.

"Nos dimos cuenta que algo teníamos que hacer cuando vimos que el autoelevador más nuevo que tenía el galpón, se lo llevaban. No sabemos quién lo compró, pero vinieron, entraron y atravesaron todo el pueblo con él y luego no supimos más. Entonces nos dimos cuenta que si no cuidábamos, lo iban a desmantelar", resumieron.

El miedo mayor fue el de afrontar una causa penal o que las acciones fueran ilegales y los vinieran a sacar con la policía. No todos coincidieron en permanecer y buscar una salida, varios obreros se fueron y otros volvieron hace pocos días, cuando los fueron a buscar para trabajar. "Por lo menos estamos trabajando y comenzamos a tener nuestro dinero; hasta se ha llegado a incorporar a hijos de algunos compañeros", finalizaron.

 

SHIRLEY HERREROS

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