Los anuncios de la presidenta Cristina Fernández de que otorgaría al Congreso un rol más activo y mejoraría la calidad institucional del país parecieron ayer meras promesas. Es que por primera vez en la actual gestión, el gobierno reasignó partidas que en el presupuesto aprobado durante el año pasado por el cuerpo legislativo tenían otro destino.
Así lo establece la Decisión Administrativa 54/08 firmada por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien detenta aún en la actual gestión los llamados superpoderes.
El monto total de la partida resignada son 64.166.000 de pesos. Según el Boletín Oficial, el dinero saldrá exclusivamente de las llamadas Obligaciones del Tesoro.
La cifra que no es muy elevada si se tiene en cuenta las partidas modificadas en los últimos cuatro años por el ex presidente Kirchner pero que confirman la idea de continuidad en la falta de control al Ejecutivo por parte del Legislativo.
La mayor parte del dinero, unos 54 millones de pesos, irán a parar a la Presidencia General de la Nación y la Jefatura de Gabinete de Ministros para "actividades centrales".
Esos millones del presupuesto estarán destinados principalmente para reparar al Tango 01, el avión presidencial.
Insólitamente, sin control del Congreso, parte de las partidas presupuestarias reasginadas (1,5 millones de pesos) irán a parar también al Programa de Fomento e Impulso al Desarrollo del Sistema Democrático.