Casi un mes después de la independencia de Kosovo, Serbia atraviesa una profunda crisis política que se tradujo en la disolución del gobierno anunciada el sábado por el primer ministro nacionalista Vojislav Kostunica, opuesto a la opción europea del presidente Boris Tadic. Kostunica disolvió el gobierno tras declarar que no podía dirigir un país con socios proeuropeos después de la independencia de Kosovo, proclamada el 17 de febrero y reconocida rápidamente por Estados Unidos y los principales países de la Unión Europea (UE).
Por otra parte, el primer ministro kosovar, Hashim Thaci, inauguró ayer el primer cartel con el nombre del nuevo Estado de Kosovo en el puesto fronterizo de Merdare, en el norte de la ex región serbia. "Este
cartel simboliza la frontera entre el nuevo Estado de Kosovo que divide el pasado del futuro, el aislamiento de la apertura de una perspectiva para una integración", declaró Thaci. El cartel reza "Bienvenidos a la República de Kosovo", en albanés, serbio e inglés.
La disolución del gobierno serbio fue motivada, según justificó el sábado el primer ministro Kostunica, porque "el gobierno serbio ya no tiene una política unificada sobre Kosovo. Es el fin del gobierno". Kostunica convocó una reunión de gobierno para preparar la decisión sobre la disolución del parlamento y la convocatoria de las elecciones legislativas anticipadas, que podrían celebrarse el 11 de mayo.
La independencia de Kosovo ha hecho insalvables las divergencias entre el Partido Democrático (DS) del presidente Tadic, que domina la coalición gubernamental, y el Partido Democrático de Serbia (DSS) de Kostunica. El primer ministro "no está en condiciones de dirigir el gobierno", "convocaré elecciones", dijo el presidente Tadic tras la decisión de Kostunica de disolver el gabinete. "Creo que el gobierno no tiene una posición unificada sobre el futuro europeo y económico de Serbia y de sus ciudadanos", señaló, minimizando las diferencias en torno del tema de Kosovo.
El presidente Tadic se opone a la independencia kosovar pero, sin embargo, defiende un acercamiento a la UE, justo lo contrario que Kostunica, que considera a la UE, igual que a Estados Unidos, el principal instigador de la independencia de Kosovo. Serbia ha entrado en un período de parálisis política y el gobierno sólo se encarga de los temas comunes, posponiendo las decisiones importantes para después de las legislativas. En estas circunstancias no se puede firmar ningún acuerdo con Bruselas, aunque ésta insista en la voluntad de integración europea de Belgrado. Serbia todavía no ha ratificado el Acuerdo de Asociación y Estabilización, primer paso para la adhesión a la UE. Desde hace años, Serbia está dividida en proeuropeos y nacionalistas euroescépticos. En los comicios de mayo, la división podría hacerse más patente.