BUENOS AIRES (ABA).- La decisión del ex presidente Néstor Kirchner de volcarse a la conquista del peronismo, sumada al escaso protagonismo que tienen los radicales K en este gobierno, abre interrogantes acerca de dónde está parada la llamada "Concertación plural".
Más allá del acceso a la "caja" (léase: fondos frescos) que los mandatarios radicales puedan obtener producto de su sociedad con el oficialismo, no aparecen en el escenario buenas noticias para la "pata" radical de la coalición.
El pase de Lavagna a la estructura del PJ provocó el regodeo de los "K" por el impacto que causó en la conducción de la UCR, pero la escasa representación que el propio Lavagna tuvo en el lanzamiento del Congreso justicialista del viernes pasado, los volvió a la realidad acerca de como actúa el peronismo a la hora de repartir el poder.
En este contexto, sigilosamente desde la Concertación están intentando vallar tanta ambición hegemónica: "Kirchner propuso que en cada jurisdicción los radicales cercanos al gobierno formemos nuestra propia estructura, eso es algo que no podemos aceptar", señaló un radical K pidiendo reserva de su identidad.
Es que esa sería una manera de reducir al mínimo las chances futuras de los radicales oficialistas en el interior, más cuando todo indica que el PJ y el FpV fagocitarán a la "Concertación".
El próximo fin de semana, en Junín, habrá un debate crucial entre los radicales K: dar la lucha por el partido radical o conformar una fuerza distinta, aliada al kirchnerismo.
Además de cuatro gobernaciones (Río Negro, Corrientes, Santiago del Estero y Catamarca) y varias intendencias, en el Congreso Nacional la Concertación dispone de un importante bloque de 14 diputados nacionales liderado por el ex intendente marplatense Daniel Katz, y que integran tres legisladores de la región: Hugo "Cacho" Cuevas, Juan Scalesi (rionegrinos) y el neuquino Hugo Prieto.
En la interpretación de este último (integrante de las comisiones de asuntos constitucionales, relaciones exteriores y energía) la decisión de Kirchner de inclinarse hacia el PJ llevará al conjunto de las fuerzas políticas a institucionalizarse.
Y de esa "reorganización" Prieto cree que surgirá un alineamiento del radicalismo con el gobierno. "Mauricio Macri emergerá como el opositor natural de la centroderecha y sectores como el liderado por Elisa Carrió irán abandonando el progresismo ante la evidencia de que al oficialismo no se lo puede doblegar desde la centroizquierda", explica.
El dirigente neuquino rechaza que los radicales K estén desdibujados y entiende que ocupar espacios es una cuestión de tiempo. "Nuestro partido tiene ascendente sobre segmentos donde el peronismo no llega, como los sectores medios, por lo que electoralmente seremos necesarios... Además, cuando cambien las prioridades de la gente hacia los valores que expresa la UCR ello se reflejará en el esquema de gobierno", confía Prieto.
El jefe del ejecutivo rionegrino, Miguel Saiz, también niega que los escasos cargos que ocupan los radicales oficialistas (Julio Cobos vicepresidente y Horacio Quiroga secretario de Relaciones Institucionales de Cancillería) puedan dañar la alianza con el kirchnerismo. "No fuimos a la concertación por canjes de puestos, sino porque creemos que el gobierno de Kirchner levanta varias de las banderas tradicionales del radicalismo".
Entonces, ¿porqué seguir dentro del radicalismo y no como apéndices del gobierno?
"No somos ni vamos a ser un apéndice del gobierno -contesta Prieto- si éste tuviera un giro ideológico estaríamos en otra vereda. Cuando (Carlos) Menem era el presidente de un gobierno peronista de derecha al radicalismo no le era difícil ubicarse en las antípodas".
Sin embargo, al mismo tiempo distingue la posición de su sector en relación al gobierno de Kirchner de apoyo al rumbo general de la administración, de la calidad de "aliados" de la gestión de Cristina durante la cual cree se producirá un avance institucional con un rol del Congreso más activo.
Para Prieto, la verdadera puja del partido centenario es entre aquellos que priorizan el rumbo impuesto por el ejecutivo y aquellos "enamorados de ser opositores hasta de los mismos gobiernos radicales".
Pero sea por convicción ideológica o por pragmatismo, ¿qué harán los K si la conducción radical persiste en cerrarles las puertas?
Saiz respondió a éste cronista: "Somos radicales y vamos a pelear adentro, pero si siguen los caprichos conformaremos otra fuerza: a casa no nos vamos a ir".
También aseguró que no ocupará cargos en una eventual nueva estructura e insistió en que no fue notificado de la suspensión partidaria frente a la cual presentará todos los recursos judiciales necesarios.
CLAUDIO RABINOVITCH