" Yerio, comisario en celibato. El bonaerense Cecilio Yerio ejerció el cargo de juez de Paz de Barrancas, al norte de Neuquén desde 1904, cuando era soltero, de 27 años. Siguió como funcionario del territorio en las filas policiales: fue comisario entre 1908 y 1911, como lo señalan registros policiales publicados. Según algunos episodios que narraron los diarios porteños, documentos de archivo y publicaciones evocativas regionales, el comisario C. Yerio actuó en la región sur que abarcaba Piedra del Águila, Catan Lil, Junín y San Martín de los Andes. En La Prensa del domingo 13 de febrero de 1910 se lee el siguiente despacho telegráfico: "Piedra del Águila. Febrero 12. En breve, debe trasladarse a Junín de los Andes el comisario inspector interino, señor Cecilio Yerio". Será Junín el principal asiento de su actividad, y para entonces también va a aparecer en escena su hermano Ciriaco. Pero ya en 1909 Cecilio había actuado en Junín, donde, todavía célibe, había reparado en una muy joven muchacha española que llamaban Pepa. Allí fue entonces que perdió la soltería, y, con el correr de los años, su cuñada menor lo haría su hermano Ciriaco. Es decir, dos Yerio casados con dos jóvenes hermanas arribadas en 1900 con sus padres y el abuelo materno de ambas, Ambrosio Espinós, que enviudó en España (de una señora Ball) y emigró. Terminó asentándose en Junín de los Andes y desde allí llamó a su hija, yerno y nietas. Así fue cabeza de este grupo pionero en la región de los lagos.

" Del Mediterráneo a Junín. El 16 de abril de 1892, frente al mar, en Tarragona, España, nació vigorosa Josefa María de las Nieves Estefanía Ferré Espinós, pero que todos conocieron por Pepa. Allí transcurrió su infancia ignorando, claro, que en un lugar nada marítimo y muy lejano, se iba a fijar su destino casándose a los 17 años, nada menos que con el elegante comisario Cecilio Yerio,

bastante atlético y 14 años mayor que ella. Esa boda se consagró el 23 de junio de 1909. La hermana de Pepa -unos 6 años menor- Ana María Ferré Espinós, se casaría con Ciriaco Yerio (Ana María murió de 20 años). El abuelo materno de ambas, Ambrosio Espinós fue en Junín criancero, comerciante y ponderado ganadero (figura en 1933 en la fundación de la sociedad Rural de Neuquén). Puso una almacén de ramos generales y al parecer se asoció con Cecilio Yerio. En España y hacia 1890, su hija Raymonda Espinós Ball, se casó con Esteban Ferré Sauré. Fue con ellos y sus hijas que Ambrosio Espinós emigró de España.

" Ciriaco comisario en San Martín. Ciriaco Yerio también fue policía -subcomisario- cuando los intereses cruzados de ocupantes de tierras, y adjudicatarios de tierras fiscales, trajeron problemas a los policías que ejecutaban las órdenes del Ministerio del Interior. Al cumplir los desalojos, se perjudicaba a ocupantes pioneros. Esos conflictos gestaban acusaciones y se hacían verdaderas campañas. Tiempos difíciles para los Yerio. Cecilio recibió críticas, cuando cumplió -a disgusto- la orden de desalojar al pionero argentino Félix Castro -motivo de una nota próxima- de las tierras adjudicadas a una familia bóer. Pero hubo ardientes defensores de Cecilio.

" Apoyo a Cecilio, amenazado de muerte. Un despacho periodístico telegrafiado desde Piedra del Águila el 3 de febrero de 1909, lo publicó La Prensa al día siguiente, jueves 4. Decía: "Con motivo de las acusaciones que se hicieron contra el comisario de policía Cecilio Yerio, varios hacendados y comerciantes han firmado una declaración en la que consignan que ha sabido captarse las simpatías y el aprecio, tanto de este vecindario como de todo el territorio durante los cinco años que lleva como empleado, porque es un constante perseguidor del bandolerismo hasta el punto de haber sido amenazado de muertes por medio de un anónimo si persiste en su persecución, lo que ha sido hecho por un bandolero ya famoso en ese punto. Tanto la autoridad policial como judicial de este departamento, dice que les merece entera confianza".