Domingo 09 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 44 > Cultura y Espectaculos
Una obra tan conmovedora como profunda
"Todos los judíos fuera de Europa" se vio en el MNBA. Brillantes actuaciones para una obra dramática.

NEUQUÉN (AN).- "Todos los judíos fuera de Europa" es sencillamente una obra profunda y conmovedora.

Hay una escena: Frau Olga (Regina Lamm), una ama de llaves alemana, leal al Führer, supervisa el momento en que Jan Zincowitz (Alejo Ortiz), un joven judío, polaco, proveniente de un campo de concentración, se desnuda y cambia de ropa frente a ella. Con crueldad, con humillación, Her Olga destila su odio a los gritos en un alemán rígido, perfectamente logrado, sobre el agobiado escribiente judío. Ese instante, que es fuerte y sacude a los espectadores, condensa todo el mal del nazismo y su plan de muerte.

Con una muy buena puesta del director Alejandro Ullúa y texto intenso del rosarino Leonel Giacometto, la obra es parte de la trilogía del nazismo que escribió este dramaturgo junto a Patricia Suárez, y la primera en subir al escenario del Auditorio del Museo Nacional de Bellas Artes (anteayer), en el marco del convenio de cooperación que firmó la municipalidad con el Instituto Nacional del Teatro.

En ella se aborda el siniestro propósito de la Wermatch (Comando de las fuerzas alemanas) de exterminar a todos los judíos del continente durante la Segunda Guerra Mundial. Así, en medio de una escenografía austera y ajustada a la época, se vinculan un profesor universitario de geografía, Herr Profesor Bergman (Salo Pasik) con el ama de llaves alemana (Regina Lamm), y un judío (Alejo Ortiz), donde cada uno demuestra su carácter hasta encontrar su justa interpretación.

Ullúa pone todo su peso en el desarrollo de los personajes y en el texto sólido, rico en momentos dramáticos. Tiene algunas escenas que llevan al espectador hasta las lágrimas, pero sin golpes bajos ni lugares comunes. Sin duda, en poco más de una hora, es el clima de tensión lo que domina la obra, sumado el efecto movilizador que causa pensar en la tragedia más atroz del siglo XX que fue el nazismo.

Con música original tan bella como emocional de

Sergio Vainikoff, la obra se beneficia con la interpretación de los actores, que se constituye en el gran acierto de este espectáculo.

Impacta la notable actuación de Salo Pasik, que interpreta a un intelectual que es contratado por el Tercer Reich para planificar un informe sobre el traslado de los judíos a la isla de Madagascar. El actor se destaca por la composición dramática de un personaje rico en matices que duda y se deshace en medio de un régimen totalitario.

También acierta la actuación de Alejo Ortiz, quien logra dar a Jan Zincowitz la justa entidad dramática. Su personaje sufrido, abatido, que va con la cabeza gacha y arrastrando los pies, resume en cierta forma todo el dolor y el drama del pueblo judío. En un rol nada fácil de interpretar, Ortiz pone el cuerpo a un ser humano dolorido y desesperado.

Regina Lamm, por su parte, le imprime un carácter firme a la ama de llaves. Hierática, fría, logra personificar muy bien a una mujer de mediana edad, leal a Hitler, que representa el mal y despierta la antipatía de los espectadores.

"Todos los judíos fuera de Europa" es, quedó claro, una pieza inteligente. La muestra de un teatro comprometido con la memoria que si bien trata sobre los hechos del pasado, resuena en el presente.

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