Apesar de las dificultades por la escasez de recursos y la falta de experiencia para gestionar, el gobierno encontró esta semana un motivo para ser optimista. Descarta que Cristina anunciará mañana un precio más alto para el gas de arenas compactas y para los nuevos yacimientos, una medida que abre un panorama más auspicioso para la provincia en materia de ingresos y, de paso, mejora las condiciones para la renegociación de los contratos con las petroleras porque amplía el horizonte de las reservas.
Es cierto, los beneficios de una medida como la apuntada no se verán en el corto plazo, pero si el precio diferencial sobre ese combustible sólo mejorará los ingresos neuquinos a mediano plazo, en cambio se convertirá en lo inmediato en un aliciente poderoso para la radicación de nuevas inversiones. Esto, sin contar que el sapagismo da por hecho que el gobierno nacional aplicará a corto plazo una tarifa de gas diferenciada por consumo, algo que también beneficiaría a Neuquén.
Además de la urgencia económica, el gobierno necesita enviar señales que realcen su voluntad de cumplir con el cambio prometido en la campaña, y que lo coloquen en la vereda opuesta al autoritarismo de su antecesor.
En este plano se inscribe una cantidad de gestos, para empezar la distensión con los gremios -que esta semana se materializó en el preacuerdo con ATEN y el diálogo con ATE Salud-; el envío a archivo de la polémica reforma impulsada por Manganaro a la ley del Niño y el Adolescente, y la medida que declara lesivo para los intereses del Estado dos irritativos decretos de Sobisch por los cuales el Estado se hace cargo de multas impuestas por el Banco Central a ex directores del Banco Provincia. Algo que, pocos saben, incluye entre los beneficiarios a uno de los hermanos del actual gobernador, el empresario Carlos Natalio "Nuno" Sapag.
No menos significativa fue la mención, por parte de la vicegobernadora, a Fuentealba en su discurso de inicio del ciclo lectivo. Aunque el señalamiento de Pechen en el sentido de que "murió en la lucha por un ideal" no es del todo exacto, después de todo al maestro le dispararon por la espalda cuando se volvía pacíficamente a su casa, no deja de haber un abismo entre esta actitud y la reivindicación explícita de la represión, aun al precio de una vida, que hizo el ex gobernador.
Se podrá coincidir o no con la propuesta que el gobernador les hizo a los obreros de Zanon -de hecho éstos no la aceptan-, pero no se puede negar que por primera vez se les da una repuesta concreta: un crédito, al parecer de varias decenas de millones de pesos, para que compren la fábrica.
Se anotan en esta búsqueda de un perfil diferente, las señales que dan cuenta de que hay decisión legislativa de seguir adelante con el juicio político a los integrantes del Tribunal Superior de Justicia (algo que comenzará a moverse esta semana con el pase a comisión de los cinco pedidos existentes) y el llamado a los integrantes del Consejo de la Magistratura para que expliquen las polémicas pautas que aplican en la selección de los jueces. Una decisión que algunos miembros del Consejo recibieron con crispación porque lo asimilan a una intromisión, pero que según explicó un diputado del oficialismo "no es otra cosa que lo que corresponde".
Para completar el cuadro de los cambios, fuentes oficiales prometen por lo bajo que en pocos días más el Ejecutivo alumbrará un proyecto para aumentar el impuesto a las propiedades rurales y subrurales, una iniciativa que busca equilibrar las cargas entre los contribuyentes, porque ése es un nicho que ha crecido enormemente y que incluye propiedades muy valiosas en zonas turísticas que en muchos casos figuran como baldíos.
Ahí están, en fin, los amagues que insinúan la intención de revisar la licitación del centro de esquí conocido como Pistas Provinciales, que Sobisch preadjudicó antes de irse a una empresa que se cuenta entre las que sufragaron su campaña presidencial.
El peligro de tanto cambio para un gobierno del mismo partido que el anterior, que por otro lado insiste en callar los nombres de los responsables de la virtual quiebra del Estado, es que no faltan los que comienzan a interpretar que, más que animado por una verdadera voluntad de cambio, se ve arrastrado por las circunstancias. "Es cierto que venimos de un gobernador que ejerció brutalmente el poder, pero no sería lo mejor que lo reemplazara otro que pide disculpas por ejercerlo", reflexionó, cáustico, un dirigente de la oposición.
Sin embargo, no está escrito que así sea. En contraste con tanta apertura, el gobierno mantiene arrestos hegemonistas como la modificación del reglamento interno de la Cámara para que juegue a su favor o la jugada para conservar la vicepresidencia segunda de la Cámara. Una movida que al decir de un experimentado legislador de la Concertación fue tan inútil como costosa políticamente, porque "es un cargo que sólo sirve para que un diputado opositor se pueda sacar, alguna vez en cuatro años, una foto sentado en el sillón del gobernador".
Por lo demás, hay señales que dan cuenta de que dentro del propio MPN no son del todo bienvenidos los aires de cambio de Sapag. La airada respuesta de una ex operadora sobischista, actual integrante del Consejo de la Magistratura, a la convocatoria que los diputados hicieron a ese cuerpo para que comparezca en la Cámara, habla de algo más que matices.
El sugestivo robo en la casa de la vicegobernadora, calificado por la interesada como un delito común aunque el propio jefe de la Policía dijo que no descarta ninguna hipótesis, encendió otra luz en el tablero sapagista. Es que muchos de los cambios que ponen en tela de juicio medidas del pasado se ventilan en el Poder que preside Pechen.
Después de la era sobischista, en la que desapareció la oposición interna felipista para dar paso a un partido de conveniencias, en el que cada uno hacía la venia a cambio de algo, ¿volverá a haber corrientes internas en el MPN?
Por lo pronto, el sapagismo quiere tomar el timón del partido. "Hay que mezclar y dar de nuevo", resumió un dirigente. Reveló que antes del 15 habrá una reunión de la Junta de Gobierno para nombrar nuevas autoridades. Sucede que las huestes de Sapag no pierden de vista la aguda recomendación de un consultor: "Sobisch ya no tiene capacidad para construir, pero conserva un enorme poder de destrucción".