Quiero realizar un reclamo formal dada la situación que he debido soportar en vuestra provincia -Río Negro- estando de vacaciones.

Contraté el servicio del Tren Patagónico, que debía salir el viernes 15 de febrero a las 22 de la estación de San Antonio Oeste. Lo hice desde Tucumán un mes antes; se trataba de cuatro pasajeros y un vehículo.

Ese día me apersoné a las 18, ingenuamente, para informarme con anticipación del procedimiento a seguir, sobre todo por el traslado del vehículo. Allí me dijeron que el tren tenía un retraso y que saldría a la 1. Pues bien, no salió a esa hora, y en ese momento la única empleada se encontraba durmiendo sobre el escritorio de atención al cliente. La misma volvió a prometer que el tren partiría a las 5; en todos los casos la información fue suministrada con mala gana y molestia y mintiendo sobre que no tenía contacto con Viedma, desde donde -se suponía- comenzaba la travesía el convoy.

Hablé a Viedma y de muy mala manera el empleado de la empresa -a través del 08102227427- me pidió que dejara de molestar y me dijo que tenía que aguantar en la estación de SAO.

Tuve que alojarme en un hotel de esa ciudad, ya que me encontraba varado con mi familia -mi esposa y dos niños-.

El tren, obviamente, no salió a las 5 y en la estación de SAO había más de 50 personas varadas, muchas acostadas en el piso y la mayoría, septuagenarios.

Recién a las 7 empezó a aparecer personal de la estación, entre ellos, el jefe, a quien le pregunté sobre la verdadera hora de inicio del viaje. Me informó que de las dos máquinas que tenían una estaba averiada y que la partida sería a las 9. Ante mi reclamo, el jefe de la estación me ofreció el reintegro del 100% del pasaje.

En dicho contexto, al ver la falta de seriedad, de respeto por las personas y de formalidad para dar la cara y hacerse cargo de las consecuencias de las demoras, inferí que peor podría ser el viaje, por lo cual acepté la devolución del dinero, sacudí mis zapatillas y adiós Tren Patagónico.

Nuestras expectativas de hacer el tan famoso viaje, la ilusión de mis niños de viajar en un servicio tan promocionado, etcétera, etcétera... se esfumaron impunemente.

¿No hay nadie que se haga cargo de este tema? La mediocridad que vi no empañó mis vacaciones y menos mi vida. Hay cosas más serias, pero ¿nadie se queja? ¿Nadie escucha? ¿Todos permiten que siga igual? ¿Mejor será visitar países extranjeros?

Fernando Vera del Barco

DNI 17.377.721

Tucumán