El 1 de febrero en horas del mediodía, mi hija Agostina cruzaba caminando, como normalmente lo hace, por el puente peatonal sobre el canal principal de riego a la altura de la calle Santa Cruz. Como consecuencia del mal estado en que se encuentra el enrejado del piso, tropezó y sufrió un pequeño golpe en la rodilla. Por suerte el incidente no pasó a mayores, pero ello no quita que podría haber tenido peores resultados.

Sólo con observar la falta de mantenimiento del mencionado

puente cualquiera se puede dar cuenta del peligro que representa para las personas que por allí transitan. Por tal motivo las autoridades correspondientes deberían tomar cartas en el asunto, para que sucesos como el que sufrió mi hija -o aun peores- no vuelvan a ocurrir.

Agradezco al sargento José Espíndola por la ayuda brindada a mi hija.

Roberto Carlos Sandoval

DNI 17.988.160

Roca

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