Los datos notables de crecimiento y consumo, con proyecciones alentadoras para los próximos años según reconoció en privado uno de los economistas más capacitados del difuso arco opositor, no alcanzan para disimular los riesgos por la insuficiente oferta energética y la inconsistencia de los números oficiales cuando "dibujan" una inflación de ficción, de acuerdo con los designios del secretario de Comercio, el impetuoso Guillermo Moreno.

Los publicitados cortocircuitos entre Moreno y el titular de Economía, Martín Lousteau, fueron saldados en esta instancia por la presidenta Cristina Fernández, quien dio gestos de respaldo al funcionario del sub 40, sin bajarle por ello las acciones al subalterno, al que presentó erróneamente como "señor ministro" para luego disculparse ante empresarios testigos del acto fallido.

Mantener la actual política de controles, recaudación y regulaciones implica la permanencia de figuras como Moreno y Julio de Vido, parangonados en el modelo K con el Estudiantes de Pachamé y Aguirre Suárez, el equipo de Osvaldo Zubeldía en el que también brillaba el hoy comentarista Carlos Bilardo, más que nada por sus dotes antirreglamentarias para ganar de cualquier forma.

Lousteau -sucesor de Miguel Peirano, quien no aceptó tolerar el carácter de Moreno- está en una posición de debilidad. Es que la "complementariedad" (para no decir doble comando) que existe entre la presidenta y su marido Néstor Kirchner, instalado en Puerto Madero, asigna roles relevantes a los encargados de recaudar y ejecutar obras públicas y de disciplinar a los hombres de negocios.

Las cifras del INDEC no son tomadas en cuenta por ninguno de los que discuten, en paritarias, pautas de salarios para el 2008. Hugo Moyano, uno de los principales aliados del gobierno, fijó el aumento promedio en el orden del 20%, atendiendo a las variaciones que se producen en las góndolas de los supermercados. En algunos casos, los reclamos alcanzan varios puntos más y eso no le quita

el sueño a la Casa Rosada. De hecho, Cristina y Néstor le prometieron al líder cegetista (quien aspira a ser reelecto como secretario general a mediados de año) que estarán en la fiesta de los camioneros, el próximo martes, en el club Deportivo Español.

"No hay unidad de criterios entre el Ejecutivo y el Legislativo. Algo está fallando en la comunicación", admitió ante "Río Negro" una alta fuente del Congreso luego de que Lousteau fuera al Senado y pidiera que se pusiera el ministerio de Economía como autoridad de aplicación de exenciones impositivas por 1.200 millones de pesos. Enterado Kirchner, llamó enojado a Cristina y ésta bajó otra orden a la Cámara de Diputados, a través del secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. Las cosas seguirán como hasta ahora, a cargo del influyente y obediente De Vido.

El nuevo índice de precios al consumidor se conocerá una vez que se zanjen las diferencias. "No es posible seguir exponiendo la gestión de Cristina, hay que terminar con esta polémica entre Moreno y Lousteau y seguir generando condiciones de mejor infraestructura para continuar con la prosperidad. Parece que se olvidaron de que el país se iba a pique y que Kirchner lo sacó a flote", se expuso en otra área de la Casa de Gobierno. Será tarea prioritaria ir despejando dudas para alentar inversores, que desconfían del porcentaje por el que se actualizan los bonos de la deuda externa emitidos por la Argentina.

Iribarne afuera

En la jefatura de gabinete se está ensayando "la fórmula Estados Unidos" para tratar de restablecer, en el mayor de los secretos, la relación armoniosa con el Vaticano, alterada según fuentes kirchneristas "por argentinos resentidos que operan en Roma y por la derecha más recalcitrante de la Iglesia".

No pasaron inadvertidas las rencillas entre el ex presidente Kirchner y el norteamericano George Bush, ni tampoco los esfuerzos de Cristina por revertir ese cuadro de tensión. No lo pudo hacer en el inicio de su mandato por el episodio del "valijero" Antonini Wilson.

Sin embargo, pese a la prepotencia de los ultra K, Alberto Fernández tejió en silencio una salida diplomática con el embajador Anthony Earl Wayne, y hoy las vías se encarrilaron en vísperas de la elección de noviembre en Estados Unidos.

El nuncio papal Adriano Bernardini se ve con frecuencia con el secretario de Cultos de la Cancillería, Guillermo Olivieri. Hablan con susurros, pero igual trascienden aspectos de la conversación.

En declaraciones periodísticas, Fernández insistió sobre la nominación del ex ministro de Justicia, Alberto Iribarne, (resistido por su condición de católico divorciado) para que fuera embajador ante la Santa Sede. "Hasta ahora no tenemos más respuesta que el silencio. Esperamos que la Santa Sede responda alguna vez", deslizó el jefe de Gabinete, aun a sabiendas de la dureza dogmática del papa Benedicto XVI.

"Son injustos con una persona respetable como Iribarne y además con Cristina, quien tuvo gestos fraternales con (Jorge) Bergoglio, se pronunció contra el aborto y anunció que no impulsará una nueva ley de matrimonio civil". Tales lamentos se escucharon en el kirchnerismo.

¿Y entonces, cómo se sale del congelador? "Iribarne le quiere liberar las manos a Cristina: ha expresado su voluntad de renunciar, pero también la Iglesia deberá torcer un poco su brazo", anticipó un vocero K, marcando la diferencia de estilo entre ella y él, el pingüino confrontador e intransigente que venció al FMI.

"Todo puede pasar", contradijo a Iribarne un miembro del grupo duro de la Rosada que preferiría que la representación nacional quedara disminuida en el Vaticano.

Articular armoniosamente los vínculos de los humanos entre sí es complejo. Deben educarse, darse instituciones y protegerse de los embates de la naturaleza. Y proveerse de recursos.

Por ejemplo, los que recibirá mañana la provincia de Río Negro por parte de la presidenta Cristina Fernández. Con ellos, Miguel Saiz paliará la insolvencia fiscal provincial y pagará en tiempo y forma a los maestros. En esa ayuda, por sobre todo, se entiende la existencia de algunos radicales K.

ARNALDO PAGANETTI

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