Cuando los duros cruces de los presidentes echaban dudas sobre el éxito de la Cumbre, la predisposición de los mandatarios y la habilidad del dominicano Leonel Fernández para casi forzar un abrazo final entre Álvaro Uribe y Rafael Correa, de Ecuador, permitieron acordar un documento final que abre puertas hacia una negociación pacífica.

A diferencia de lo que ocurrió en la sesión de la OEA en Washington, Uribe tuvo que defender la posición casi en soledad, lo que explica su apuro por recorrer todo el recinto ofreciendo su abrazo fraterno a mandatarios que lo habían increpado con dureza.

Fernández, presidente pro témpore saliente del Grupo de Río, coronó su táctica de forzar los saludos finales sumándose al abrazo que se dieron los mandatarios de Colombia y Venezuela, Hugo Chávez, a todas luces los adversarios más enconados de la región.

" "Reconozca que no tenía ningún derecho a agredir a Ecuador y comprométase a no agredir más a un país vecino", expresó Correa a Uribe .

" "Estoy sorprendido de que se hable de la incursión colombiana en territorio ecuatoriano pero no de los ataques que las FARC hacen desde Ecuador", replicó el colombiano y agregó

" "Carta de Raúl Reyes a Manuel Marulanda. En nota enviada al secretariado explico sobre la ayuda entregada a la campaña de Rafael Correa, de acuerdo con su instrucción", leyó Uribe . Correa rechazó que colabore con las FARC y calificó las denuncias de Uribe como una "infamia'', aunque aceptó recibir la documentación

" Hugo Chávez pidió "reflexión" a Uribe para "revisar la doctrina de combatir el terrorismo donde esté, porque esa es la doctrina (del presidente de Estados Unidos, George) Bush".