Algo raro sucede en el poder. Existe agitación interna, con desplazamiento en la conducción del bloque, los ministros desoyen los mandatos de Saiz y una histórica referente del oficialismo -como Ana Piccinini- encabeza las mayores críticas a las políticas gubernamentales, desde la Defensoría del Pueblo.
Experiencias democráticas y legítimas, pero inéditas en el ejercicio del poder del radicalismo que gobierna Río Negro desde hace un cuarto de siglo.
¿Qué es lo que ha cambiado entonces? Está rotando la guía del poder.
Mario De Rege ya no es presidente del bloque aunque ese fue un compromiso del gobernador y los principales referentes, ratificados hace tres meses. Una errónea percepción del escenario por parte del ex vicegobernador aceleró los tiempos de un recambio programado. Siempre se advertía que Daniel Sartor sería el virtual titular de esa bancada, pero De Rege ignoró ese destino. Se abroqueló en sí mismo, dispuso sin consultas y se negó a la realidad que se cobijaba en despachos aledaños. Fue al inicio una cuestión administrativa -siempre los diputados son sensibles al manejo de los puntos y designaciones- y concluyó como una cuestión política.
De Rege confió demasiado en el mando de Saiz. No alcanzó.
En dos ocasiones, Saiz quiso, pero no pudo. Se resistió, con razón, al recambio. En diciembre, él instruyó al bloque para imponer a De Rege-Sartor. Ahora, él sabía que tan prematura remoción afectaría su premacía. Al final, el gobernador se resignó al movimiento.
Tampoco creía que Sartor fuera la mejor opción. Insinuó un ofrecimiento a Jorge Pascual, quien requirió de mayor consenso. Al legislador no le bastó el respaldo de Saiz para llegar al bloque. Sartor terminó en la presidencia, Adriana Gutiérrez -a propuesta de Saiz- en la vice y De Rege evalúa su paradero final, entre diferentes variantes.
Nadie reconocerá tal erosión al Ejecutivo, pero los últimos hechos marcan este cuadro.
Mucho hace Saiz para limar su propia autoridad.
Un gobernador contrariado, un gabinete disperso y ministros autónomos.
Saiz desactivó permanentemente la gestión de su ministro José Luis Rodríguez ante la intervención de la UCR y el ex diputado Fernando Chironi. ¿Habrá sido tan claro con Rodríguez como cuenta o el ministro desafía igualmente esos mandatos? El mandatario concluyó desautorizándolo públicamente.
Una premisa se propaga entre los ministros: avanzar con hechos consumados. Marchan con acciones aisladas y contradictorias.
En el tema partidario, Rodríguez se equivoca pues Saiz -si algo tiene claro- es confrontar con la orgánica radical y su alineamiento al kirchnerismo.
El ministro Pablo Verani es un viejo especialista del estilo, pero sobreactúa esa autonomía. Así acumula rechazos y profundiza la desconfianza de sus pares. Un caso pinta claramente esta situación. Hace seis meses, Hacienda requirió al gobernador un decreto para unificar las cuentas bancarias del Estado y poder compensar posibles desfasajes de fondos. Esa medida provocó oposición interna, alertada por la cesión de poderes al ministro. Sin mucha aclaración mediante -difícil sin reuniones de gabinete- esa sensación no se pudo contrarrestar. El proyecto prevé la posibilidad de utilizar parcialmente saldos favorables de algunas cuentas para cubrir otras "en rojo". El Banco Patagonia compensaría descubiertos entre las más de 800 cuentas del Estado provincial. El borrador ya tuvo reformas -como la eliminación de sanciones a funcionarios- pero Saiz sigue sin firmar esa norma. El costo de los descubiertos ya oscilaría entre 150 y 200 mil pesos mensuales. Una demora demasiado cara.
El comienzo escolar tampoco aportará un respiro al mandatario. Mañana, las clases se iniciarán con paro docente y el gobierno sigue esperando ayuda de Nación para formalizar otra oferta salarial. La Unter -a través de CTERA- y la provincia gestionan en la cartera nacional, pero hasta los mejores gestos son desalentadores. La última información anticipa una compensación de 20 millones, que significaría un adicional de dos a tres puntos al ofrecimiento del 19,5 por ciento. Se llegaría al 21 ó 22 por ciento de incremento, alejado aún del 30 por ciento requerido por el gremio. El viernes, Unter vuelve a reunir al Congreso y Educación difícilmente acerque otra propuesta si depende exclusivamente del Estado nacional.
Hay quienes ya bucean en las arcas provinciales a partir del acuerdo de refinanciamiento que mañana firmará Río Negro con Nación. Habría un giro de 50 millones en marzo -el recupero de pagos abonados en enero y febrero por la provincia- pero sobran reclamos sobre esa eventual disponibilidad.
Con horas de diferencias, dos visiones contradictorias se reflejaron -institucionalmente- en el recinto legislativo.
La defensora del Pueblo y el gobernador tienen miradas distintas sobre Río Negro. Aquella cuestionó las políticas policiales, Educación y Salud. Saiz resaltó que su gobierno "prioriza Educación, Salud y Seguridad". Hay ejemplos concretos de esa disparidad. El mandatario destacó lo hecho con las escuelas técnicas aunque, el día antes, Piccinini se lamentó de esos establecimientos, denunciando que en el CEM 31 de Roca tienen todavía "tornos a pedal".
La comparación es propia, pues el mensaje de Saiz no respondió al informe de Piccinini. El oficialismo -que forzó hace un año y medio esa designación- hurga ahora las motivaciones de la autonomía de la defensora.
Esos orígenes poco importan al resto de los mortales. "Antes, tenía una visión que hoy no tengo" y "veo cosas que antes no veía desde los despachos oficiales", argumentó Piccinini en la Legislatura. Sí, no hay dudas de que la defensora impone hoy algo que Río Negro desconoce: el control político en las acciones de los funcionarios públicos. Cuanto menos, una brisa fresca.
Días distintos vendrán para el oficialismo -que comenzó a cambiar su eje de rotación- y esas jornadas pondrán al gobernador y los suyos en el desafío de demostrar si lo hecho -hasta ahora- es todo lo que hay.
ADRIÁN PECOLLO
pecollowa@yahoo.com.ar