BUENOS AIRES (ABA).- Antonio Cafiero, como veterano actor, ya conoce bien su papel y cómo desempeñarlo para la teleplatea justicialista. Recibirá gustoso el honor de presidir el Congreso, en Parque Norte, ante sus colegas que lo aplaudirán de pie como cuando en los Oscar homenajean a una gloria del cine.
Un rato después, un ignoto congresista -que aprovechará a fondo su minuto de fama- pedirá la moción de que sea proclamado presidente del partido el ex presidente Néstor Kirchner, quien desde su cómoda oficina de Puerto Madero lo estará viendo todo por tevé.
Después los finales de siempre. Aclamación, bombos, marcha peronista y una votación rápida para abrir el proceso de normalización de un partido al que le estaban creciendo las telarañas y estaba bajo riesgo de perder su personería.
Si bien algunos osados kirhneristas trataron de convencer a don Antonio sobre la conveniencia de no dilatar más la consagración del pingüino, aparentemente se respetarían los tiempos de las formalidades que -por ejemplo- indican la obligatoriedad de elecciones internas. Ante la falta de alternativas concretas, Kirchner será coronado amo y señor del peronismo del siglo XXI a más tardar principios de junio.
Los votos están cerrados, pero básicamente porque el kirchnerismo cuenta con 246 congresales bonaerenses verticalizados que definen la "discusión".
¿Por qué tanto interés repentino de reabrir el PJ cuando Kirchner siempre desdeñó del mismo, creyéndolo una cáscara vacía? Su opinión no cambió, pero sí su estrategia. El ex mandatario necesita un órgano que lo legitime hablando de la coyuntura, evitando opacar aun más la figura de su esposa y presidenta Cristina Fernández.
Para la vicejefatura partidaria la idea es que el poder esté repartido en partes iguales, en cuatro figuras. Serían los gobernadores Daniel Scioli (provincia de Buenos Aires), Jorge Capitanich (Chaco), Juan Manuel Urtubey (Salta) y el titular cegetista Hugo Moyano, quien se ganó un especial protagonismo tras el acto que le organizó al matrimonio K con motivo de sus 20 años de hegemonía en el gremio de los camioneros.
Por último no queda claro el rol que le cabrá a Roberto Lavagna otrora opositor. Hasta anoche, sus congresales estaban preocupados por el incumplimiento del pacto de Olivos II. Sólo podrían ingresar 10 congresales de los 20 que había solicitado.
HORACIO CARIDE