VIEDMA (AV)- En medio de la polémica por la potabilidad del agua y la aparición de numerosos casos diarreicos, el Departamento Provincial de Aguas (DPA) inició los trabajos de reparación de la planta de tratamiento de líquidos cloacales desactivada en noviembre pasado.
Un grupo de operarios del ente regulador está concretando una serie de tareas destinadas a reforzar el talud de las piletas de contención, en procura de aislar las filtraciones que se estaban produciendo y que obligaron a su paralización.
Se instalarán nuevas membranas sobre el piso y las paredes de los piletones a fin de reforzar su impermeabilidad.
Los trabajos se complementarán con la revisión de los aireadores que actúan como depuradores de los desechos cloacales.
El DPA tiene previsto invertir más de $ 300.000 en las reparaciones y la reactivación estaría prevista para junio. Si bien, la planta reunió una serie de desperfectos, otro de los argumentos para su salida de servicios; fueron desbordes como consecuencia del crecimiento poblacional.
En tanto, la empresa Aguas Rionegrinas desmintió ayer inconvenientes en la potabilidad del agua según los controles en esta capital y El Cóndor.
Los análisis realizados bajo las normas del Consejo Federal de Entidades Sanitarias (COFE) determinaron que es apta para el consumo humano.
Los resultados determinan que no existe necesidad de adicionar al agua ningún tipo de desinfectante. Se advirtió que de concretar este tipo de prácticas se podría elevar el nivel de cloro residual corriéndose el riesgo de afectar a las personas.
La concesionaria del servicio destacó que los controles consisten en cuatro análisis bacteriológicos en distintos puntos de la red que determinan el nivel de bacterias aeróbicas (las que necesitan oxígeno para vivir), coliformes totales (derivadas de la materia fecal o el suelo) y Pseudómona (nombre científico de una bacteria) y cloro residual (barros que quedan después de una degradación).