SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Juan Carlos Huenchulao, acusado de haber matado al menor Richard Inostroza con un disparo en el pecho, reconoció que ese día estaba armado y que había efectuado dos disparos con un revólver calibre 32 para defenderse de quienes lo atacaban, pero no se hizo cargo del homicidio.
En la primera jornada del juicio oral, el imputado adujo que recién al día siguiente se enteró de la muerte de Richard, y que se fue de la ciudad porque estaba asustado. Durante el debate, que se suspendió hasta el martes próximo después de que declararan varios testigos, quedó en claro que la desgracia ocurrió en el marco de una guerra de patotas que vivían en el mismo barrio.
Huenchulao, a quien apodan "Manota", dijo que el revólver con tres balas lo compró una semana antes del tiroteo, y que cuando escapó lo tiró porque sin balas no le servía. Declaró que estaba "medio en pedo", que disparó desde unos 15 metros, y que no vio que quienes lo acompañaban tuvieran armas.
Una testigo vio que "Manota" llevaba un arma, que comentaban que le habían dado a alguien, y también vio con armas a los Oyarzo, de la patota rival, cuando le destrozaron la casa a Cristian Aravena, integrante del grupo de "Manota". Otra vecina, vio disparar a "Manota" hacia la despensa "Gabi", y vio a Richard cuando iba en su bicicleta, pero no cuando cayó abatido.
El episodio fatal ocurrió a las 20.30 del 9 de noviembre de 2003, en el mismo lugar donde el domingo anterior se había producido un tiroteo que dejó como saldo a tres menores heridos. Richard Inostroza, de 14 años, había concurrido a comprar golosinas a una despensa ubicada a unos 80 metros
de su domicilio. Omar Raimil es el propietario de la despensa en cuyo frente aconteció el drama, y fue testigo presencial del episodio. Por eso el tribunal manifestó su deseo de escucharlo, y pidió que se presente a la próxima audiencia.
El día del hecho, Raimil explicó a "Río Negro" que al lado de su despensa había varios muchachos tomando cerveza y hablando de fútbol, cuando se acercó una banda de 8 ó 9 sujetos armados. "Puse los postigos de las ventanas para que no me rompieran los vidrios, y cuando comenzaron a tirar piedras y tiros a matar, los muchachos se parapetaron detrás del cerco y justo pasaba por aquí el chico con su bicicleta", comentó. "Sentí el quejido y salí para ayudarlo, pero me tiraron 5 ó 6 balazos, a la altura de la cabeza, a la vez que me decían que me iban a matar porque refugiaba a los otros". Luego indicó que recién cuando los agresores se retiraron pudo levantar al menor, al que creía herido en una pierna. "Lo subimos a la camioneta de un vecino y lo llevaron al hospital, pero murió antes de llegar", lamentó.
Ya en ese momento, Raimil y otros vecinos apuntaban a Juan Carlos "Manota", "Picueto" y "Rolo", pero al primero no lo hallaron hasta después de casi cuatro años.
El playón deportivo que, ahora lleva el nombre de Richard Inostroza, está ubicado en el corazón del barrio "28 de Abril", situado en el sector más alto de la ciudad, unos 600 metros al sur de la ruta 258, en cercanías del Cementerio Municipal, pero para una correcta interpretación de los testimonios los jueces y las partes deberían reconocer el terreno. Esto es necesario porque se habla de esquinas, pero no se aclara que las cuadras en torno al playón, hacia el Sur, son de apenas 30 metros.