Miércoles 05 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 35 > Sociedad
Murió por monóxido y deben pagar $ 1,5 millones
Es el caso de una chica que falleció en Bariloche. Condena al gasista, a Camuzzi y a la dueña de la casa.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El juez Emilio Riat condenó a la propietaria de un departamento, al matriculado que realizó la instalación de gas y a la empresa Camuzzi Gas del Sur, a pagar aproximadamente un millón y medio de pesos a una mujer por la muerte de su hija de 13 años, que falleció hace cinco años y medio por inhalar monóxido de carbono que liberaba un calefón mal instalado, en un ambiente con ventilación deficiente.

Al imponer a los demandados una indemnización de 180 mil pesos por pérdida de chance y de 420 mil pesos por daño moral, más los intereses del 18 por ciento anual y las costas, el magistrado consideró que el artefacto había sido instalado de manera incorrecta y que Camuzzi incumplió con su obligación de inspeccionar y brindar seguridad a los consumidores.

La causa fue impulsada por Paulina Verónica del Valle García, contra Margarita Alicia Stocker, en su carácter de propietaria de la vivienda que habían alquilado el día anterior, contra Gustavo Begué, el instalador matriculado, y Camuzzi Gas del Sur S.A., en su carácter de concesionaria del servicio público. De acuerdo con las primeras hipótesis o indicios, las bajas temperaturas y el mal funcionamiento de una estufa motivaron que la familia de la víctima recurriera a una hornalla de la cocina y al horno encendido con la puerta abierta como elemento de calefacción, pero esa versión no fue confirmada por el juez Riat.

La otra posibilidad que manejaron en ese momento las autoridades es que, antes de acostarse, la menor, su hermana de 17 años y su madre se habrían bañado, y que el defectuoso tiraje del calefón envenenó el ambiente. Esta posibilidad es la que se destacó en la sentencia Penal, cuando se estableció que el tiraje del calefón era casi nulo y no evacuaba gases a los cuatro vientos, y que a ello se sumaba el hermetismo del ambiente, donde faltaban las rejillas de ventilación.

Las autoridades de la comisaría Segunda se enteraron del suceso a las 8 del 16 de julio de 2002, luego que una de las sobrevivientes advirtiera que algo malo sucedía y pidiera auxilio a los vecinos.

El día anterior habían concretado el alquiler del departamento "H" del segundo piso del edificio ubicado en Veinte de Febrero 719, y, pese a que todavía no estaba amueblado, habrían ubicado un colchón de dos plazas en la única habitación, y otro en la cocina, frente al horno y muy cerca del calefón.

Entre las deficiencias apuntadas por quienes reconocieron el escenario de la tragedia, señalaron la falta de rejillas de reposición de aire, el tiraje deficiente del calefón, y los burletes ubicados debajo de la puerta de acceso, que convertían al departamento en una caja hermética. El calefactor ubicado en la habitación tendría algunas deficiencias, pero sólo encendía el piloto y no habría ocasionado el suceso.

En la causa penal concluyeron en que la muerte de la menor se produjo por el vicio del calefón y el hermetismo de la vivienda, falencias imputables a la locadora, y Riat descartó que se tratara de un caso fortuito o de fuerza mayor.

Sentenció que el instalador Begué debe responder por las consecuencias inmediatas y mediatas de su trabajo, porque instaló incorrectamente el calefón y que Camuzzi, como continuadora de Gas del Estado SE, dado que la instalación se realizó en 1992, debe responder por las consecuencias de habilitar incorrectamente un calefón viciado.

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