NEUQUÉN (AN) - El gas es el combustible más importante que tiene nuestro país porque de él depende la matriz energética argentina. Sin embargo, es también el hidrocarburo más escaso porque el aumento de su demanda no estuvo acompañado por un crecimiento similar de la oferta. El año pasado hubo un 1,35% menos de producción.

En Argentina se usa gas para calefaccionar hogares y cocinar alimentos, pero también para generar electricidad y mover la industria.

En la década del '80 nuestro país logró el autoabastecimiento de la mano del descubrimiento de Loma de la Lata, el gigante neuquino que aún hoy aporta el 20% de la demanda argentina.Luego vinieron las inversiones en generación de electricidad a gas y los contratos de exportación a Chile.

Veinte años después de la declaración de autoabastecimiento, ni siquiera alcanza con la importación desde Bolivia para atender la demanda creciente. Por eso es imprescindible reponer reservas.

Según datos que surgen de la comparación de los números difundidos por la secretaría de Energía de la Nación, donde más cayó la producción de gas el año pasado es en Santa Cruz, con un 8,74%.Chubut tiene crecimientos sostenidos en la producción de hidrocarburos, pero no cuenta con desarrollos de gas tan importantes. De todos modos, en esa provincia la producción de este combustible subió un 5,02%.

En Neuquén, que es la provincia gasífera por excelencia, la producción casi no tuvo alteraciones porque la caída fue de apenas un 0,65%. Río Negro no tiene gran producción de gas, pero en el 2007 la incrementó en un 5,83%.

El gas que viene

¿Cómo podría Argentina mejorar la oferta gasífera? Hasta hace unos años la mayoría de los especialistas afirmaban que Bolivia sería al gran abastecedor del Cono Sur, pero las últimas noticias no son alentadoras porque se sabe ahora que no hay posibilidades ni siquiera de cumplir con los pactos realizados el año pasado porque la prioridad de compra la tiene Brasil ("es imposible ceder ni una molécula de gas" a la Argentina, dijo el presidente de Petrobras, Sergio Gabrielli). Para la coyuntura el gobierno argentino analiza la posibilidad de usar barcos "metaneros" que son de Petrobras.

Abortado ya el proyecto del Gasoducto del Sur desde Venezuela, aparece como alternativa el gas natural licuado (GNL o LNG en sus siglas en inglés), que es fácilmente transportable en barcos, pero con un costo enorme y una necesidad de inversión inicial también considerable porque es preciso levantar una planta de regasificación.

El gobierno del neuquino Jorge Sapag anunció que en pocos meses elevará a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner un estudio hecho por las compañías que operan en la provincia que indica las potencialidades del "gas tight sand" o "gas de arenas compactas" o "de baja porosidad". En los papeles intentará demostrar que si es remunerado mejor que ahora, este gas tiene condiciones comerciales para explotarse.

Lo que busca Neuquén es que el "tight gas" se pague por lo menos 4 dólares por millón de BTU (una unidad térmica británica equivalente a la cantidad de energía que se necesita para elevar un grado Fahrenheit un litro de agua en condiciones normales). Ahora el promedio que se remunera el gas neuquino es de 1,4 dólares por millón de BTU.

De todos modos, si la opción es desarrollar este tipo de yacimientos de gas de la cuenca Neuquina, la tarea puede durar años.

Como se ve no hay opciones que sean de un día para otro, porque además el gobierno nacional no tiene una política intensa para bajar la demanda, tal vez porque teme que cualquier medida en ese sentido sea tan impopular que termine jugando en contra de la imagen presidencial.

MARTÍN BELVIS

martinbelvis@rionegro.com.ar