La Corrida de Cipolletti es una forma de expresión de miles de personas que salen a la calle vestidos de deportistas para decir cosas.
Así los padres llevan a sus hijos de la mano o en carritos, las parejas comparten una salida distinta, los abuelos saludan a sus nietos desde los vallados, el amigo charla con su par y el vecino alienta o "carga" a su conocido desde un lado u otro del cordón de la vereda.
Éste es el diálogo que circula entre las olas de una marea humana que marcha entre el verde y el cemento de una ciudad con características propias.
Mas el paso de las olas da lugar a un clamor popular sin distinción de clases sociales o de edades, que habla de la importancia de la familia, de la vida sana, del deporte bien concebido y hasta de la necesidad de justicia.
En un escenario gigante y dinámico todos son protagonistas: los que corren, los que caminan, los que miran y hasta los que trabajan, en un clima de alegría y distensión.
Con paciencia de educador
La Corrida es la síntesis de un trabajo coherente de la administración municipal en el ámbito deportivo. Pocas ciudades del país tienen un plan con objetivos tan claros, que lleguen a todas las edades y lugares, como ocurre con Cipolletti.
Este lugar en el mundo ha comprendido que el deporte y la cultura son una cuestión de Estado.
Hoy no entender que en el patio y en el gimnasio está la mejor aula a la que un niño o joven puede ingresar es propio de una miopía política afligente.
En tiempos en que las enfermedades adictivas, la obesidad, el colesterol, la diabetes, el ocio digital y la violencia son moneda corriente, deben buscarse estrategias que protejan a la sociedad actual y futura desde la educación y los valores.
Pero con la sola expresión de deseos no alcanza. Para que la idea no se transforme en una quimera, debe haber una firme decisión política, un presupuesto acorde, un grupo organizado de trabajo debidamente capacitado y un mensaje docente paciente y permanente desde las autoridades hacia la comunidad.
Cipolletti, en este aspecto, ha respetado tales premisas desde hace años. Por ello no es casual el acrecentamiento de los espacios destinados al deporte y a cursos de capacitación para quienes luego van a dirigir grupos humanos.
Por ello la masiva respuesta de la gente es también una demostración de credibilidad y apoyo a un modelo distinto de gestión deportiva.
La fiesta de la ciudad
En el marco del Primer Congreso Internacional de la Actividad Física y su Proyección Social, realizado en Cipolletti en el año 2007 y cuya segunda edición será en el 2009, surgió la moción de apoyar la idea rondante, consistente en impulsar la Corrida y sus actividades culturales anexas, como la fiesta nacional de la actividad física.
Dicha propuesta fue acompañada por miles de cipoleños que firmaron un petitorio presentado ante el Concejo Deliberante -en su anterior composición-, que al día de la fecha se encuentra en trámite.
Sabido es que Cipolletti no tiene su fiesta nacional.
En su momento se habló de la fiesta de la sidra o de los recursos hídricos, pero estos fueron proyectos que quedaron en el cajón del olvido.
Mas cabría preguntarse: ¿hay en la ciudad una fiesta popular más genuina y convocante que la Corrida de Cipolletti? ¿Hay una actividad anual más "sanamente contagiosa" que ésa?
Año tras año los cipoleños, así como personas venidas de todo el Alto Valle y atletas de diferentes puntos del país, se acercan a compartir este verdadero festejo popular. El evento es acompañado por reconocidas firmas del medio y cuenta con infinidad de colaboradores anónimos y desinteresados que aportan y mucho para su concreción.
Sin embargo, a nivel nacional masivo, no se relaciona a la ciudad con este evento.
En una etapa de recuperación, donde la ciudad se sustenta en una policromía de economías, buscar alternativas que alienten la inversión turística y empresaria en campos como éste es otro concepto adicional para no desdeñar.
Veintitrés ediciones ya justifican que esta auténtica "pueblada deportiva" y sus actividades culturales paralelas sean reconocidas como la fiesta de la ciudad.
La Corrida ya se recibió, sólo hace falta que le entreguen su título.
MARCELO ANTONIO ANGRIMÁN (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Abogado y profesor nacional de Educación Física. Autor de "Legislación de la Actividad Física y Deportiva", "Responsabilidad y Prevención en Actividades Físicas y Deportivas" y "Preguntas y Respuestas"