Hace tiempo que los fantasmas recorren el espíritu de Racing y uno de ellos es el de la quiebra. Ayer, Reinaldo Merlo, el entrenador que lo dirigió a su última vuelta olímpica, en 2001, presentó un pedido de quiebra contra Blanquiceleste S.A., la empresa que gerencia el fútbol del club, por una deuda que no fue especificada y que contrajo cuando trabajaba para la institución de Avellaneda.
Sin embargo, horas más tarde, el propio Fernando De Tomaso, presidente de Blanquiceleste, lo desmintió: "El pedido de quiebra no existe, fue todo una mediatización del abogado de Merlo. Le mandamos una carta documento para decirle que venga a cobrar", fue su respuesta.
El abogado de "Mostaza", Gustavo Romano Duffau, afirmó que decidieron "hacer el pedido de quiebra" porque presentaron "un reclamo por una deuda que había con Merlo y la
empresa incumplió el pago". En diálogo con DyN, Romano Duffau aclaró que "esto no es contra Racing como institución, sino contra la gerenciadora", y precisó que el pedido de quiebra se desencadenó "porque vinieron cheques rechazados". Merlo hizo el pedido de quiebra al no poder cobrar las cuotas de la deuda correspondientes a los meses de enero y febrero porque los cheques emitidos por Blanquiceleste no tenían fondos.
"La plata está"
De Tomaso remarcó que la plata de Merlo "está" y que "estos cruces mediáticos" perjudican al plantel de fútbol profesional. "En este país cada uno puede decir lo que quiera y no me sorprende. Racing tiene un partido clave el viernes y esto perjudica a los jugadores", argumentó el empresario por Radio La Red.
El presidente de Blanquiceleste manifestó que "Racing está para mirar para arriba y no para abajo", y se mostró confiado en que el equipo pueda clasificarse a las copas internacionales. Racing tiene un buen plantel, que se reforzó con un jugador de la categoría de Maxi Moralez y si llegamos a los 60 puntos entre los dos torneos podremos clasificarnos para las copas internacionales", manifestó.