VIEDMA (AV).- La mala alimentación vuelve, otra vez, al debate en el Concejo Deliberante capitalino. Dos concejales trabajan en una iniciativa para transformar en "saludables" los quioscos escolares.
Los trastornos alimentarios ya fueron parte de la agenda del cuerpo deliberativo viedmense, pues en diciembre se aprobó un proyecto de ordenanza que prescribe análisis nutricionales cuando en Viedma se contrate a modelos y promotoras en campañas publicitarias, con el fin de evitar la delgadez extrema.
Ahora, el tema de trasfondo es la cuestión de los trastornos alimentarios en los alumnos de las escuelas y el crecimiento alarmante de los índices de obesidad infantil.
En este sentido, ya está en marcha un anteproyecto para brindar la posibilidad de elección a los chicos a la hora de consumir alimentos sanos en los recreos. En otras palabras, se trata es de que los niños puedan optar, entre comer golosinas y otros elementos comestibles de habitual venta en los quioscos de las escuelas, y poder consumir frutas o alimentos de elaboración casera que se encuentren correctamente conservados.
Las ediles Laura Ramos y Agustina Kehler elaboran esta iniciativa. "Lo estamos trabajando porque la pretensión no es simplemente sancionar una norma que después resulte inviable. Apuntamos a ver cuáles son los niveles de posibilidad conforme la realidad de las escuelas y de los quioscos que están en cada una de ellas", comentó Ramos a "Río Negro".
El objetivo de las autoras es recavar información sobre los precedentes. "En este proceso, lo que estamos haciendo es reunirnos con las representantes de las entidades que están involucradas con el tema, como los ministerios de Educación y de Salud. Queremos ver cómo están funcionando las experiencias que hasta aquí han tenido lugar", agregó Ramos.
El problema central es construir un criterio viable de "quiosco saludable", a partir de las posibilidades y teniendo en cuenta que muchos de ellos se encuentran en manos de la cooperadora de la escuela o de los alumnos de séptimo grado. Si tienen modo de conservar los alimentos frescos, si su dispendio no resulta demasiado caro, y otros factores que se encuentran aludidos a este cambio rotundo del concepto de alimentación y consumo.