Sábado 01 de Marzo de 2008 Edicion impresa pag. 30 y 31 > Sociedad
El fuego ya consumió 2.200 ha en Lolog y sigue sin control
Suspendieron las actividades en los cotos de caza. Llovió y había optimismo entre los brigadistas.

SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- El fuego sobre bosques que rodean la cabecera occidental del lago Lolog continuaba descontrolado ayer y ya había consumido unas 2.200 hectáreas de vegetación nativa, a pesar de los ingentes esfuerzos de decenas de brigadistas y medios aéreos afectados a los operativos. Sin embargo, la fase de "ataque ampliado" se inició con optimismo, aportado por una lluvia refrescante que mejoró las condiciones para los combatientes. Casi la totalidad del llamado "Cañadón León" está bajo las llamas, aunque se insistió en que en el lugar, de difícil acceso y casi sobre el límite con Chile, no hay pobladores cercanos.

Sí, en cambio, quedaron suspendidas la actividad de caza en los ricos cotos de la zona de Lolog -cinco en total en el área-, debido al riesgo que supondría para los deportistas. Precisamente, los turnos en ese sector del Parque Nacional comenzaban hoy. El fuego se inició el domingo pasado cuando se abatió sobre la región una fuerte tormenta eléctrica, pero recién fue detectado 48 horas después. La demora en advertir el siniestro se justifica en el hecho de que los rayos queman el material vegetal bajo superficie, como es el caso de las raíces, y el incendio recién estalla cuando encuentra condiciones propicias.

El primer foco se detectó sobre el extremo occidental del lago, en Cañadón León, casi sobre el límite con Chile. Desde entonces avanzó hacia el este, hasta el valle de Auquinco, consumiendo a su paso bosques de lenga, coihue, ñire y ciprés, matorrales de caña colihue y pastizales de coirón.

En la tarde del jueves, los brigadistas debieron abandonar tareas, cuando el comportamiento del siniestro se hizo extremadamente peligroso, en medio de condiciones climatológicas favorables al avance de las llamas.

Tras el momentáneo repliegue, los responsables del combate redefinieron la estrategia de ataque y aprovecharon el impasse para reorganizar los recursos humanos y técnicos disponibles. Ayer, una lluvia refrescante mejoró de modo ostensible las condiciones para los combatientes, que preveían mantenerse trabajando por la noche. Había optimismo en controlar el siniestro y pasar cuanto antes a la fase de contención. La llamada fase de "ataque ampliado", de hecho, implica que se combate el fuego ya con todos los recursos disponibles, una vez superada la etapa de ataque inicial.

En este caso trabajan 49 personas entre brigadistas y guardaparques del Parque Nacional Lanín, del Sistema de Manejo de Fuego del Neuquén, del Plan Nacional de Manejo de Fuego, y de Bomberos Voluntarios de San Martín. Se cuenta con tres helicópteros para traslados de personal -uno del Ejército

afectado al PNMF, otro del plan provincial y un tercero aportado por un particular-, y dos aviones hidrantes contratados por el PNMF. Los trabajos para controlar y circunscribir las llamas -ya sea con herramientas de mano o motobombas- se concentraban en la cabeza del área de siniestro, sobre el Valle de Auquinco, y en la cola, sobre Cañadón León.

En tanto, 16 combatientes de incendios forestales se encontraban trabajando para contener y extinguir el fuego desatado al sur del lago Escondido -en la laguna Las Brujas-, único otro foco que quedaba activo del tendal de incendios que dejó a su paso la tormenta eléctrica.

Para hoy se espera el arribo a esta ciudad del presidente de la Administración Nacional de Parques, Héctor Espina, junto a otras autoridades.

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