ZAPALA (AZ).- La Cámara en lo Criminal de esta ciudad condenó ayer a diez años de prisión a Benedicto Rebolledo y Miguel Cabrera por el delito de homicidio simple en perjuicio de Mario Argentino Campos. El tribunal también hizo lugar a una demanda civil entablada por los familiares de Campos contra Rebolledo y Cabrera a quienes condenó a pagar 477.000 pesos en concepto de indemnización.

Juan Bravo alias "El Jefe", otro sujeto que tuvo participación secundaria en el hecho, recibió una pena de 6 meses de cumplimiento efectivo por lesiones leves calificadas por la intervención de un menor.

El hecho ocurrió en agosto del 2006 en el paraje "La Salada", a pocos kilómetros de Chos Malal, donde la víctima tenía un bar. La muerte de Campos se produjo como consecuencia de varias heridas cortantes que recibió en diferentes partes del cuerpo.

De acuerdo al fallo ventilado ayer y al cual tuvo acceso "Río Negro", quedó probado que el 19 de agosto de 2006, un grupo de personas entre las cuales estaban Benedicto "Beno" Rebolledo y Miguel "Penacho" Cabrera comenzó a agredir verbalmente a Campos porque un hijo de éste les impedía el ingreso al bar.

En ese contexto, los agresores amenazaron a la esposa de la víctima que se encontraba friendo empanadas con su hijo menor en brazos, advirtiéndole que si su marido no salía, iban a matar al niño.

Instantes después se armó una pelea que tuvo a varios protagonistas. La peor parte se la llevó Campos quien fue ultimado de un puntazo.

"Rebolledo concretó el cometido de herir a la víctima extrayendo de entre sus ropas un cuchillo con el cual aplicó una herida punzocortante en el flanco hemitórax izquierdo que lesiona pulmón, diafragma y brazo", sostuvo en sus considerandos el camarista, Oscar Rodeiro.

Con consecuencia de la lesión, Campos fue trasladado al hospital de Chos Malal donde falleció poco después por shock hipovolémico.

"El debate también dejó a la intemperie que Rebolledo y Cabrera fueron quienes actuando de manera conjunta provocaron el excidio de Campos", agregó el magistrado.

Rodeiro enfatizó sobre la dificultad que representaba la reconstrucción histórica de un suceso cuando el aporte testimonial de quienes lo presenciaron difiere en muchos aspectos.

Los jueces rechazaron la teoría que había traído al debate la querella que sostuvo que existió "un acuerdo para matar a Campos".

"Esta situación, más que una empresa común preordenada para matar como lo calificara la querella, se parece a un acometimiento de un grupo de violentos exacerbados por el alcohol que se traba en lucha con aquellos que primero los enfrentan" aseguró.